Los robots podrían reemplazar a los cirujanos en la lucha contra el cáncer

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Fred Moll era un joven residente cuando asistió en su primera cirugía en 1982. La técnica, conocida como cirugía laparoscópica, requiere que los médicos usen herramientas inusualmente delgadas y extralargas para realizar operaciones a través de pequeñas incisiones. Los cirujanos laparoscópicos de hoy en día usan cámaras de alta definición para mirar dentro de los cuerpos de los pacientes, pero incluso la versión más antigua que Moll usó, hizo volar su mente. “Wow”, recuerda pensar. “Esta debe ser una mejor forma de hacer las cosas”. Se retiró de su residencia y comenzó a trabajar en dispositivos médicos.

Moll, de 66 años, mejor conocido por el Sistema Quirúrgico da Vinci, un gran robot industrial que operan los cirujanos, y usa controles manuales electrónicos y video. El dispositivo, que es el robot quirúrgico más vendido, se usa en cirugías laparoscópicas en miles de hospitales y se vende por alrededor de 2 millones de dólares. Su éxito ha impulsado al creador Intuitive Surgical Inc., la compañía que Moll fundó en 1995, a tener un valor de mercado de aproximadamente 50 mil millones de dólares. Gracias al trabajo de Moll, la cirugía robótica ahora es más común, pero argumenta que se puede mejorar porque aún depende de la precisión de las manos de un cirujano. Moll considera que los robots, alimentados por algoritmos de aprendizaje automático y que operan de forma autónoma, ya son capaces de realizar procedimientos médicos simples. Y después de siete años de trabajar en secreto para probarlo, está listo para dar el primer gran paso.

El nuevo robot de Moll, conocido como Monarch Platform, tiene un par de brazos con un tubo largo azul conectado, lo que permite que un médico dirija una cámara y otros implementos quirúrgicos dentro del cuerpo de una persona. Este es un nuevo tipo de ámbito quirúrgico, mismo que Moll mostró a un periodista de Bloomberg Businessweek a principios de este mes en la sede de Auris Health Inc. en Redwood City, California. El 22 de marzo, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EU le dijo a Auris que el dispositivo podía usarse bajo el control de un médico para operar en pulmones humanos. La compañía dijo que se usará para diagnosticar y eventualmente tratar el cáncer de pulmón.

El robot puede ser operado manualmente, usando un controlador que también es usado para la consola de videojuegos Xbox de Microsoft. Eso es lo que aprobó la FDA, aunque Moll cree que Monarch Platform también podrá trabajar sin ayuda humana. “No es ciencia ficción”, dice. “Es como los autos autodirigidos. La gente solía preguntarse si iban a estar listos en cinco o diez años. No, no, no: pasarán 18 meses”.

Aunque Auris se separó de la investigación de la Universidad de Columbia en 2007, gran parte de la tecnología de Monarch Platform proviene de una empresa emergente de Moll, Hansen Medical. El sistema de Hansen tenía como objetivo utilizar catéteres robóticos para eliminar la necesidad de una cirugía a corazón abierto, pero resultó ser demasiado caro en comparación con el estent cardíaco (cánula), una tecnología que compite y que se hizo popular al mismo tiempo.

Moll dejó Hansen en 2010 y al año siguiente se convirtió en el director ejecutivo de Auris, que en ese momento estaba trabajando en un enfoque robótico para la cirugía ocular. La compañía tuvo dificultades para obtener las aprobaciones de la FDA. “Se ponen sensibles cuando hablas de insertar herramientas en el ojo y controlarlas con robots”, dice Moll. Así que adquirió Hansen y adaptó su sonda para el diagnóstico de cáncer de pulmón. La compañía ha recaudado alrededor de 500 mdd de inversores como Lux Capital y Mithril Capital Management, controlados por el multimillonario Peter Thiel.

Los inversionistas quedaron impresionados por la voluntad de Moll de llevar la sensibilidad de Silicon Valley a un campo en el que la excelencia sigue siendo en gran medida una cuestión de habilidades motoras finas. “Lo que todos recuerdan es el sistema de control”, dice Peter Hebert, socio de Lux y director de Auris, en referencia al controlador estilo Xbox. “Es totalmente único”.

Moll dice que se centró en el cáncer de pulmón por dos razones. Es el cáncer más mortal, matando a 1.7 millones de personas al año en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (esto es lo doble del cáncer de hígado, que es el que le sigue en la lisa). Y es el campo de pruebas perfecto, dice, para los robots médicos.

El CEO de Auris culpa a las tasas de mortalidad por cáncer de pulmón en parte por la dependencia del método de detección actual de un broncoscopio manual, que tiene un rango de movimiento limitado y parece algo que podría usar para verificar el nivel de aceite de su automóvil. Monarch Platform puede navegar ágilmente a través del pulmón, que se parece un poco a una red de túneles, y el procedimiento no requiere mucha toma de decisiones más allá de saber hacia dónde girar.

Ningún regulador médico en el mundo ha aprobado la cirugía totalmente robótica, por lo que, por ahora, los cirujanos que se inscriban en el programa piloto de Auris manejarán el robot. El médico guía la endoscopia a través del pulmón, comenzando en la tráquea, con una pantalla de video para ayudar a navegar. Una vista de la cámara va del lado izquierdo de la pantalla, y un mapa creado por escáner CT.

Ningún regulador médico en el mundo ha aprobado la cirugía totalmente robótica, por lo que, por ahora, los cirujanos que se inscriban en el programa piloto de Auris manejarán el robot. El médico guía el endoscopio a través del pulmón, comenzando en la tráquea, con una pantalla de video para ayudar a navegar. La vista de la cámara está en el lado izquierdo de la pantalla, y un mapa creado por CT Scan, así como las indicaciones -paso a paso- están a la derecha. Auris rastrea la ubicación precisa de la sonda, en parte, comparando los datos de la vista de la cámara con el mapa 3D y utilizando un sensor electromagnético que funciona como un GPS miniatura. La idea es recopilar datos después de cada cirugía y volver a alimentarlos en el software de navegación, mejorando poco a poco.

Una vez que el médico alcanza el tumor sospechoso, identificado en la pantalla con un objetivo, se puede pasar una aguja y utilizarla para tomar una muestra de tejido. Aunque lo que estaba en juego era considerablemente fácil, este periodista fue capaz de conducir la sonda a un pulmón de plástico después de una sesión de entrenamiento de dos minutos, usando el controlador estilo Xbox y una versión simulada de la máquina en un iPad.

Moll dice que los aficionados no podrán realizar biopsias de pulmón de forma segura en el corto plazo, pero argumenta que los robots, operados bajo la supervisión de un cirujano, pueden conducir los procedimientos de diagnóstico simples. Si bien hay muchas razones para ser cauteloso con los esfuerzos para automatizar el tratamiento médico delicado, algunos cirujanos parecen receptivos. “Fui escéptico”, dice Alexander Chen, un neumólogo de la Universidad de Washington en St. Louis que realiza unos 150 procedimientos de alcance en los pulmones de los pacientes cada año. Pero en una prueba en un cadáver, el Monarca ofreció más control y penetró más profundamente en los pulmones que las muñecas de los cirujanos, dice Chen, ahora un consultor de Auris.

Las preguntas permanecen, Chen reconoce, sobre qué tan bien se desempeñará el Monarca. “Hay muchas partes móviles”, dice, y se necesita más investigación para comprender realmente el impacto del robot. Pero, agrega, “ésta es una de las cosas más novedosas en mucho tiempo, y eso me emociona”.

Con información de Bloomberg Businessweek

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