Ya iniciaron las campañas y la nueva generación o versión de spots políticos que se concentran nuevamente en las figuras de la candidatura presidencial, los matices y la información que los aspirantes y sus partidos realizan, son variadas y en muchos casos nuevamente faltos de creatividad e incluso, para muchos, con limitada credibilidad, por lo menos ya el cambio genera una nueva dinámica de alta repetición.
También en esta nueva etapa de la publicidad electoral en radio y televisión, nuevamente se apuesta a la repetición desmedida y sin control de cada spot, que incluso en un mismo bloque se sucede el mismo mensaje, mostrando que quien realiza las pautas y organiza los horarios desconoce o no ubica correctamente que esa práctica desalentará al electorado.
Salvo honrosas excepciones de algunos spots, ya se observa solicitudes tajantes y sin tanto discurso aburrido que apelan a la voluntad de los ciudadanos que votaran el primero de julio, pero el grueso de los mensajes esta dirigido a desprestigiar a sus competidores y los gobiernos en funciones actuales.
Es decir que aún la propuesta de las candidaturas presidenciales respecto a temas fundamentales como seguridad y empleo, son muy laxas e incluso llenas de discurso sin acciones claras o propuestas concretas.
Por ejemplo, en el tema de seguridad no hay un compromiso o plan que proyecten en sus spots comerciales que pueda ofrecer una esperanza o al menos una idea de lo que podrían solucionar o mejorar si ganan la contienda electoral.
Se imagina usted cuando habitantes de ciudades de Tamaulipas como Reynosa, Laredo o Matamoros, rehenes de enfrentamientos casi a diario entre la delincuencia organizada, o bien los ciudadanos de estados como Veracruz, Chihuahua y Guerrero, donde también se registra violencia extrema, escuchan y vean los spots de los candidatos presidenciales que no hablan de cómo solucionar la situación.
En MORENA, su candidato abordó un tema interesante dentro de su proyecto político, pues ahora deja claro a los electores, que, si su partido no obtiene mayoría en la renovación del poder legislativo, difícilmente se cumplirán sus innumerables promesas de campaña.
El candidato de este partido además se cura en salud con este mensaje y también urge el apoyo de los electores pues su estrategia busca que el voto para él arrastre a sus aspirantes a senadores y diputados federales, cuyas candidaturas en muchos casos se decidieron en forma unilateral y hasta en rifas.
Mientras tanto el aspirante presidencial del PAN, mantiene su discurso de ataque y guerra contra el PRI y sus propuestas en spots no superan su marcada tendencia a destacar su propia personalidad, muestra es el spot en el que “personalidades” de la política apoyan su candidatura por las cualidades que representa.
En el último caso, el candidato del PRI, muestra un par de spots en los que nuevamente aclara que es un candidato ciudadano y otros donde intenta convencer que su trayectoria es suficiente para competir.
En los tres casos, ninguno aborda información y formas concretas de disminuir índices de violencia, principal problema del país. Ojalá que, en las próximas etapas de la campaña electoral mediática, se puedan observar más propuestas, menos agresiones y menos politiquería, y además que las autoridades electorales mejoren radicalmente sus programas de pautar, de otra forma, muchísimos electores, una vez, terminarán hartos y seguramente sin acudir a votar.
