Consejos para facilitar la crianza de tu mascota adoptada

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Adoptar un animal de compañía es un acto noble y un beneficio mutuo. No solo ayudas a un ser que lo necesita, también recibes en tu casa a una mascota agradecida, dispuesta a llenar de amor tu vida. Sin embargo, los perros abandonados han vivido dos situaciones significativas e inesperadas: el abandono y el arribo a un nuevo hogar, e infortunadamente, en algunos casos, maltrato.

Como consecuencia, es posible que los primeros días se muestre estresado. Esto hace necesario que evites someterlo a cambios bruscos que lo inquieten aún más. Para comenzar con el pie derecho la convivencia con el nuevo miembro de la familia, Claudia Liliana Rodríguez, médica veterinaria y especialista en comportamiento animal, da una serie de recomendaciones prácticas que harán más sencillo el proceso de adaptación para las dos partes.

Ganar su confianza

El abandono es una de las formas de crueldad animal que más afecta a los caninos. Al desestructurar su manada, el perro desconfía de su líder y se vuelve temeroso o, en ocasiones, agresivo, explica Claudia. El lenguaje corporal es básico para que confíe en su nueva familia y comprenda que no será abandonado nuevamente.

Debes actuar con naturalidad, hablar en un tono suave y pausado, tener movimientos lentos y mantener una actitud tranquila ante el nuevo miembro de la familia. Además, los primeros días es importante establecer una rutina fija y evitar los viajes, para que el perro pueda aprender cuál es el estilo de vida de su nuevo hogar.

Conocer a su nueva manada

El perro necesita entender cuál es la estructura real de su nueva familia y las jerarquías del hogar en el que se encuentra. Durante los primeros días es importante evitar que haya muchas visitas en la casa. Si hay niños, deben acercarse con calma y no propiciar juegos bruscos con la mascota. Además, es esencial que todos los integrantes de la familia ayuden a alimentar y a pasear al can para crear vínculos fuertes.

Establecer normas

Los perros abandonados ya convivieron con una familia y se pueden integrar con facilidad. Lo primero es establecer reglas y una rutina diaria. Entre otros, hay que definir las áreas de la casa que tiene permitidas, cuál será su lugar de descanso, en dónde estará ubicado su comedero, y fijar un horario para sus paseos y alimentación.

 

Correcciones y castigos

Es importante comenzar a educarlo. Por ejemplo, dice Claudia, sería bueno poder enseñarle a sentarse antes de obtener cualquier cosa de parte de sus cuidadores. Esto le dará a entender que las fuentes de alimento, juego y cuidados dependen de su nueva familia. Así aprenderá que debe obedecer y estar tranquilo para obtener una recompensa.

Por su instinto, los perros son animales acostumbrados a vivir en manada. Cuando están en la calle o en las fundaciones, existen reglas y establecen jerarquías de dominancia o subordinación. Al llegar a la casa, los cuidadores no tienen que sentirse culpables de imponer normas y hacerlas cumplir. No hacerlo puede causar alteraciones en el comportamiento de la mascota y favorece conductas dominantes en el animal de compañía que terminan en una mala convivencia.

En los perros que han sido maltratados, los castigos fuertes pueden causar más agresividad. Para corregir un mal comportamiento hay que ignorarlo, porque en las mascotas los hábitos que no se refuerzan se extinguen. No hay que prestarles atención cuando estén ansiosos, demasiado nerviosos o saltando encima; por el contrario, premia las buenas acciones y las expresiones de tranquilidad.

Fuera de casa

Durante los primeros días, la mascota adoptada no se debe soltar del collar ni la traílla, ya que está acostumbrado a estar libre en la calle y puede ser un perro escapista. La idea es que los paseos sean un momento de esparcimiento y a su vez afiancen el vínculo; hay que permitir que olfatee y evitar los tirones.

Al salir es importante que se relacione con los perros de los vecinos y familiares. Ellos harán parte de su entorno, y al ser animales de compañía con ciertas reglas establecidas por sus cuidadores, lo ayudarán a socializar y adaptarse a su nueva vida.

La hora de la cena

Como la gran mayoría de canes adoptados fueron abandonados, comieron concentrado en algún momento de sus vidas y luego en las calles se acostumbraron a comer sobras. Los primeros días es ideal darles alimento para perros mezclado con un poco de arroz sin sal, para así ayudar a la motilidad del intestino. Luego, es necesario retirarlo, pero de forma gradual. Es posible que al comienzo presente cuadros de diarrea por el estrés y el cambio de comida.

Ten en cuenta:                                 

  • El primer día con tu perro adoptado, antes de entrar a la casa, llévalo de paseo. Es una buena forma de comenzar a crear un vínculo con él.
  • No lo obligues a hacer cosas que no quiera, ni fuerces el contacto físico.
  • Si siente temor con alguna persona en particular, busca un snack apetitoso para que se gane su confianza.
  • Sé paciente, los perros adoptados aprenden con facilidad y se acostumbran a su nuevo entorno.
  • Observa con atención el lenguaje corporal de tu mascota, su cuerpo envía señales que te ayudarán a conocerlo e identificar sus necesidades.
  • Al principio, permítele acercarse solo a canes que no sean nerviosos.
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