Justicia a meses sin intereses

    Por Julián Parra Ibarra

    0
    533

    México es un país en el que la justicia es para quien pueda pagar por ella, así sea aprovechando las promociones de cubrirla en parcialidades y sin el cobro de intereses; de esa manera pueden comprar su libertad, a la que muchos no tienen acceso porque les falta eso precisamente, el poderoso caballero que es don dinero.

    Por mucho que se diga que ante la justicia todos somos iguales, sí, pero hay que recordar que unos son más iguales que otros.

    Alonso Ancira, presidente del Consejo de Administración de Altos Hornos de México (AHMSA) fue detenido en España y extraditado a nuestro país, acusado por la Fiscalía General de la República (FGR) de los delitos de corrupción, lavado de dinero, operaciones con recursos de procedencia ilícita, fraude contra la administración pública y asociación delictiva.

    Todos estos delitos quedaron de lado cuando su defensa ofreció a Pemex la devolución de poco más de 216 y medio millones de dólares –y la paraestatal los aceptó- como pago para resarcir el daño provocado por la venta fraudulenta de la planta de Agronitrogenados.

    Desconozco si la justicia mexicana estaba bajo alguna promoción como la del ‘Buen fin’, o meses sin intereses, pero lo cierto es que se le permitió a Ancira firmar un documento en el que se compromete a pagar la cantidad que se supone correspondió al daño patrimonial causado entonces a Pemex, pero en tres cómodas anualidades, y sin intereses. Por eso creo que la promoción era a meses sin intereses, más no sé si pagando con su tarjeta de crédito de alguno de los bancos participantes.

    Lo cierto es que no bien se terminaba de firmar el documento, cuando el juez ya estaba girando la orden de libertad para el llamado ‘Rey del acero’, y antes de que termino de platicárselo, Ancira salió del Reclusorio Norte en una camioneta blindada, en el asiento del copiloto, portando traje aunque sin corbata, fumando puro y una gran sonrisa en el rostro.

    Y cómo no iba a salir contento, si aprovecho la ganga que se le presentó, como esas que anuncian en los supermercados como ‘oferta de cinco minutos’, y en un santiamén se resolvió todo y ya estaba en la calle disfrutando de su libertad…y de su fortuna.

    No cabe duda que en este país, la justicia es para el que puede pagar por ella.

    laotraplana@gmail.com

    @JulianParraIba 

    Comentarios de Facebook