4T, primer balance

    Por Gerardo Hernández González

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    Andrés Manuel López Obrador (AMLO) termina su primer año de gestión en medio de una tormenta provocada por su propia intemperancia. El Presidente más legitimado se ha confrontado con todo el mundo: corporaciones, periodistas, medios de comunicación, calificadoras de riesgo, organismos internacionales y ONG, cuya visión e intereses no coinciden con los suyos.

    La captura y liberación de Ovidio Guzmán López provocó la primera crisis de gran calado del sexenio, y enfado en algunos exmandos del Ejército. Dieciocho años atrás, Joaquín “El Chapo” Guzmán, padre del narcojunior, había puesto en ridículo al Gobierno de Vicente Fox al fugarse de la cárcel de máxima seguridad de Puente Grande. En 2015 se evadió del penal del Altiplano.

    El balance anual de la 4T es negativo en temas que impactan el acontecer de cada día, el ánimo social y la credibilidad gubernamental. La cifra de homicidios dolosos rebasa a la del peor año de la Presidencia de Felipe Calderón, iniciador de la guerra contra el narcotráfico, en cuyo periodo ocurrieron 121 mil 613 asesinatos. En 2018, la escalada de violencia se cobró la vida de 36 mil 685 personas, según el informe actualizado del Inegi. El sexenio de Peña fue el más cruento con 157 mil 137 víctimas.

    Todavía resonaban los ecos del fracaso en Culiacán y las excusas del Gobierno para salir del atolladero; el reproche de los generales en retiro Carlos Gaytán y Mauricio Ávila por la falta de respeto a las Fuerzas Armadas, y la insinuación de AMLO sobre un “golpe de Estado”, cuando un nuevo acto de barbarie sacudió al país, incitó al Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y provocó un aluvión de críticas de la prensa internacional: el asesinato de nueve integrantes de las familias norteamericanas LeBarón y Langford (tres mujeres y seis niños), el 4 de noviembre.

    Trump publicó en su cuenta de Twitter: “Si México necesita o solicita ayuda en eliminar a estos monstruos, EU está listo, con voluntad y capaz de involucrarse para hacer el trabajo rápido y eficazmente. (…) los cárteles son tan grandes y tan poderoso(s) que se necesita un Ejército para derrotarlos”. ¿Solidaridad o censura por el fiasco en Sinaloa, que dejó sin efecto la extradición de Ovidio Guzmán, solicitada el pasado 13 de septiembre?
    AMLO declinó el apoyo de Trump y de otros gobiernos para investigar el multihomicidio. “Es algo que le corresponde resolver al Gobierno de México”, dijo. El 11 de noviembre decenas de agentes del FBI llegaron a México para colaborar en las investigaciones.

    Mientras en el Capitolio los senadores republicanos Mitt Romney y Mike Lee demandaban castigar a los criminales, en México la senadora panista Indira de Jesús Rosales le obsequiaba al secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, un Pinocho en su comparecencia por el caso Guzmán López, cuyo padre –“El Chapo”– purga cadena perpetua en EU. “Mentira tras mentira. La situación se vuelve confusa (…) para todo México”, reconvino la legisladora veracruzana.

    Hasta simpatizantes de la 4T, como el actor Gael García Bernal, reaccionaron por la emboscada contra la familia LeBarón, en Bavispe, Sonora. “Si no cambian el Gobierno y López Obrador de narrativa para asumir sus responsabilidades, ¿para qué chingados votamos por ustedes? Más vale que asuman por completo su responsabilidad y hagan lo imposible para que esto no suceda más. (…) El horror que vivimos hace que sea bastante intrascendente que cada quien –medios de comunicación– jalen agua para su molino de tuits ajenos. (…) Por lo pronto, lo que importa: que pare la violencia”, escribió en Twitter.

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