El soft porno, la calle, la vida…

    Por Jesús R. Cedillo

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    El ángulo de este texto, es a mi juicio obvio y natural. Del Club de Mickey, niñas-adolecentes han pasado sin recato ni red de protección alguna, a las pantallas de la farándula, el consumo de soft porno (porno blando o suave) y no pocas veces, como en el caso de Miley Cyrus, de plano se han entregado en la red a la pornografía casi explícita. Tuvo novios, uno de ellos la siguió todo el tiempo. Al parecer, se casaron, sólo para y luego de meses, ella ya está entregada a placeres lúbricos con… una bella mujer.

    Cuenta la gran e inigualable Sofía Loren en sus memorias, libro ya disponible en español, que alguna vez un periodista le cuestionaba del por qué no aparecer completamente desnuda en algún magazine y así, amén de ganarse hartos pesos, lucir lo que en celuloide todo mundo imaginábamos merced a las escenas harto conocidas donde el erotismo volaba y se olía en el ambiente. Ella, bella y glamorosa, dueña de uno de los cuerpos más rotundos y sensuales que jamás han existido, respondió: “mire, no me desnudo del todo porque… sería mucha desnudez…” Caray, esas eran mujeres, no pedazos. Hoy, las redes arden con los cuerpos de niñas púberes, prófugas del Club de Canto y Baile de Hollywood y adictas a Instagram. Hoy los cuerpos son privados, pero los desnudos son públicos y en “tiempo real.”

    A los reporteros, a los escritores y periodistas se les olvida, se les está olvidando que la calle de las ciudades, sus anuncios de neón, sus grandes espectaculares de publicidad, los puestos de revistas y periódicos, las féminas que caminan apenas ataviadas con diminutos shorts los cuales se les meten entre las nalgas y sus blusas ombligueras que apenas cubren el nacimiento de sus pechos, es la primera fuente para la noticias. Y en la calle todo mundo lo sabemos y no en Internet, es donde fluye la vida. La calle es un crisol donde se libran batallas de todo tipo. Lo mismo aún hay pintas del avinagrado EZLN, los zapatistas; que cartelones publicitarios promoviendo la libertad de los gays, un desfile de modas y coronación de la reina de los travestis que de plano, publicidad con alto contenido pornográfico o soft porno.

    Vaya usted un día cualquiera a un bien surtido puesto de revistas. Vaya usted a los anaqueles de cualquier revistaría urbana, a los anaqueles de Sanborn’s. Hay revistas dedicadas a los jóvenes y jovencitas. Tienen los nombres más variados como “Teens”, “Veintitantos”, “InSytle” y así hasta el infinito. Las siguientes son las noticias bomba, los grandes reportajes que los jóvenes, el futuro de México, van a poder disfrutar como ejemplo de su formación personal: “Gratis, especial de sexo. Guía total para ir al Motel. Todo para tener una experiencia súper hot.” “Amo tu olor.” “¡Haz tu lista. Pros y contras de acostarte con tu ex!” “Rituales infalibles para que tu novio no decaiga.” “Diez consejos para que tu novio se ponga tieso y hot.” Las variantes son perennes. Cada revista es un microcosmos de lujuria y sexo para niñas y adolescentes los cuales son bombardeados a todo momento…

    La pornografía y el sexo son los motores de la historia. Esto no es una apología del sexo, pero tampoco es una denuncia puritana. Es sólo lo que se ve diario y a toda hora en la calle. Sí, en la calle: Anuncios, banners, camisetas, motivos, maniquíes, revistas, diarios; en la calle, donde bulle eso llamado condición humana. El mercado avanza y ya es imposible pararlo, acotarlo y claro, imposible prohibirlo. Bikinis, bragas, calzones, pechos al aire, nalgas redondas enmarcando jeans “los que mejor te quedan”, lencería, lenguas ensalivadas, accesorios… todo tiene connotación sexual y explícitamente pornográfica. Así de sencillo y claro se ve en la calle y revistas.

    Miley Cyrus hace ver como monjas a las que ayer eran divas y princesas del soft porno, mi Christina Aguilera y claro, mi Britney Spears hoy casi re tirada en un asilo de locos, literal; todas, del Club de Disney, Mickey; es decir, made in Hollywood. ¿Podemos hablar de dignidad de la mujer, derechos humanos, explotación femenina y demás bisutería verbal contemporánea? Absolutamente no. A las señoritas –es un eufemismo, pues– Ariana Grande, Cyrus, Hilton, Rita Ora, y demás mujeres-adolescentes pecadoras, les tiene sin cuidado que se les vean los calzones, el nacimiento de las aureolas de sus incipientes y votivos pechos o de plano, la flor de su sexo: húmedo, babeante, retador, el cual está dispuesto a devorarlo todo. Salga a la calle lector, vea anuncios, ropa, revistas, tiendas y claro, vea a las estudiantes…

    Coda

    Todo está inundado de soft porno. Todo.

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