Migrantes, ilegales, matanzas, John Wick…

    Por Jesús R. Cedillo

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    Sociedad ñoña. Habitamos una sociedad ignorante, mezquina, ruin. Sociedad de ignorantes. Sociedad de doble o triple moral. ¿Debe de sorprendernos? No. simplemente es la condición humana. Triste condición humana. Y todos estamos sujetos a este vaivén de simpatías o antipatías. Somos un cúmulo de contradicciones. Cuando ayer dijimos negro, hoy por las recuas del viento y destino, decimos blanco… y también lo defendemos. No hay ideas duras de raíces fuertes ancladas en la tierra. Hoy todo es líquido, volátil, como lo acuñó el filósofo Zgmunt Bauman. Memoria y compromisos líquidos. Los cuales escapan de la mano. ¿Ayer dijimos blanco? Pues hoy es negro. E insisto, lo defendemos. Por eso los dobles o triples discursos. Por eso esta sociedad es efímera, fútil, ñoña, sosa…

    Y sin raíces ni semillas fuertes que fructifiquen, es imposible avanzar. Una de las sociedades más ñoñas en mi opinión, es la familia gringa (Estados Unidos), país al cual jamás quiero ir y no voy a ir en lo que me resta de vida. Mientras aquí se les admira, se les imita y se les idolatra (su modo de gastar, vaya), yo simplemente les huyo. Un ejemplo como siempre, claro y a la mano de su ñoñez y su gazmoñería (falsa pose moral) es lo siguiente que acaba de pasar y va seguir ocurriendo para desgracia de todos: el fin de semana (días 4 y 5 de agosto) hubo al menos tres tiroteos y matanzas en su territorio. En los tres lugares se adivina un tufo de racismo, de intolerancia hacia los no nativos en su territorio. Eso llamado, fobia o racismo hacia los migrantes latinos o de cualquier nacionalidad hacia su país. En 13 horas de bala en El Paso, Texas (un joven asesino, Patrick Crusius); en Dayton, Ohio (el asesino fue otro joven, Connor Bets) y en San Antonio Texas, repito, en apenas 13 horas, 32 muertos y 24 heridos graves al momento de redactar esta nota.

    La historia la ha dado la vuelta al mundo. La violencia desbocada, sin brida ni bozal. En el lado gringo, planas y planas se han editado y se han pronunciado sentidos discursos de esto, como siempre. Incluyendo su Presidente, Donald Trump que se apresuró a condenar los hechos de sangre y lo que él ha llamado “supremacismo blanco.” Pero en el fondo, son discursos hueros. Políticamente correctos, pero sin hechos de verdad ni leyes ni instituciones que vayan a cambiar el acceso casi ilimitado que tienen los ciudadanos norteamericanos a portar cualquier tipo de arma. Por lo demás, estas matanzas son un reflejo/imitación de su cine hollywoodense. Hay una trilogía de cintas, “John Wick”, estelarizadas por Keanu Reeves, de tres he visto dos. Muy animadas, sanguinarias y ultraviolentas. La tercera se estrenó en México en junio, no la he visto aún. Millones de dólares ha recaudado en taquilla en todo el mundo. Millones de dólares. ¿El tema, la trama? El asesino Revees (ponga aquí el nombre del joven de 21 años de El Paso, Patrick Crusius) mata en la película a 84 personas porque unos desadaptados sociales le matan a… su perro.

    De nuevo para escribirlo en orden: la saga de cintas ultraviolentas, “John Wick” están basadas en la siguiente trama: muere la esposa del asesino de muerte natural, pero unos punks rusos desadaptados le matan al perro que dejó como herencia sentimental la esposa del asesino. Éste, en venganza por la muerte del amado perro, mata a 84 seres humanos en la primera película. ¿Por qué deberíamos entonces asombrarnos por las recurrentes matanzas de humanos en Norteamérica? Doble y triple discurso y moral gringa. Se promueve vía fílmica el amor hacia un perro y se incita el odio hacia cualquier ser humano, sea latino, ruso, griego, venezolano o nativo del mismo país gringo. La deshumanización ante la muerte. La violencia en su peor momento de ebullición.

    Doble y triple moral hay también en México. Andrés Manuel López Obrador lo está poniendo en práctica todo el tiempo. De tanto ir a los micrófonos, se está engañando a sí mismo. Engaña a sus claques que no tienen pizca de cerebro, pero no a mí. Lea lo siguiente: “Si me estoy apoyando mucho en la Secretarìa de la Defensa porque es una institución con disciplina, con profesionalismo… por eso me están ayudando. Lo mismo los miembros de la marina; las dos instituciones están trabajando para apoyarnos en este propósito de conseguir la paz en el país.” Palabras de AMLO del 2 de febrero. Ahora lea lo siguiente estimado lector: “Es muy importante la atención de los asuntos públicos como para encomendárselos a los economistas; es como encomendarle la paz de un país a un militar. No es posible.” Declaración del 30 de junio. Jaja, este y no otro es AMLO. Por su eso, el país apenas ha crecido menos de un uno por ciento en su economía (el porcentaje más bajo en los últimos cuatro sexenios. Haití ha crecido más los últimos meses que este país abnegado) y en materia de violencia e inseguridad, en ocho meses del gobierno de AMLO, 23 mil muertos. Cifra record.

    Hace algunas lunas publiqué aquí un texto donde literal dije que AMLO era un mero empleado de Donald Trump. Lo anterior en el bosquejo que se venía venir cuando Donald Trump amagó con insanos y exigentes impuestos a todo lo exportado por México hacia su país, si éste, nosotros, no deteníamos la migración bestial (las famosas caravanas) de centroamericanos hacia EEUU. Como siempre, mi manera osada y arriesgada de apostar todo a mi tiro de naipes y cubilete, fue tan celebrada como criticada. Pero, días después, el 24 de julio, recién cuando vino Mike Pompeo a certificar y palmear en la espalda a Marcelo Ebrad como un “buen chico” que está haciendo su trabajo de detener a las hordas de migrantes, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) reviró fuertemente: la nación está sometida a criterios e imposiciones de EU.  Es decir…

    Coda

    AMLO es un mero empleado que obedece órdenes de Trump. La violencia desbocada, la inseguridad, igual.

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