La tiranía de Agsal

    Por Gerardo Hernández González

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    Los resultados de la sociedad entre Simas y Suez México, iniciada con Aguas de Barcelona: utilidades para los inversores y sacrificios para los usuarios, le dan la razón al presidente López Obrador sobre el modus operandi del poder político y el poder económico respecto «de los bienes del pueblo y de la riqueza de la nación». Javier Mariscal entrevistó sobre el tema a dos activistas por la defensa del agua («Espacio 4», 617).

    «De acuerdo con la Memoria 2017 de Aguas de Saltillo (Agsal), en esta ciudad vivimos gracias al agua que cae del cielo, (…) desciende al manto freático (…) y las formaciones geológicas son los cuerpos pétreos que la resguardan. Comprender lo frágil que es sostener los niveles del vital líquido -dice en ese informe Jordi Bosch Bragado, gerente general de Agsal- es seguro que ayudará a sumar en el cuidado del agua.

    »Ahora, en 2019, conforme con sus declaraciones más recientes, en la capital de Coahuila ya es insuficiente el agua disponible para extracción de la profundidad a la que se tiene acceso en el llamado Acuífero Saltillo Sur.

    »Gloria Tobón, quien preside la Asociación de Usuarios del Agua de Saltillo (AUAS), confirma esa afirmación y, con base en datos de Conagua, especifica que actualmente del Acuífero Saltillo Sur se ejerce una extracción de 17 millones de metros cúbicos al año, mientras la recarga por lluvia es de 14 millones de metros cúbicos.

    »Tobón y su esposo, Rodolfo Garza, señalan que el problema no es reciente y buena parte de la situación podría deberse a la mala operación y administración que Agsal ha venido haciendo del recurso prácticamente desde su conformación como empresa semiprivatizada; por esa razón surge la necesidad de buscar otras opciones de abastecimiento para complementar la creciente demanda de la población y de la industria en el valle de Saltillo.

    »Agsal se creó en 2001 a partir de la unión del Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (Simas) de Saltillo con la filial de Aguas de Barcelona llamada Interagbar México. Agbar ya vendió sus acciones a Suez México -filial de esa transnacional francesa-, aunque Simas sigue conservando 51% de acciones y Suez, 49 por ciento.

    »Los términos de la sociedad y el nombre Agsal siguen sin cambio, dicen Garza y Tobón, pero consideran que el problema es que, a casi 18 años de esa asociación, la promesa de lograr una mayor eficacia, cuidado y abasto del agua a menores precios por el servicio, en beneficio de la ciudadanía, no se ha cumplido. (…) el alto desperdicio por fugas prácticamente no ha cambiado, el costo del servicio ha repuntado muy por encima del nivel inflacionario y la calidad del agua (…) deja mucho que desear.

    »(…) pese a que la Constitución (…) indica que “toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible”, y que desde 2010 los estatutos de Naciones Unidas reconocen el abasto de agua como derecho humano, actualmente hay unas 15 mil familias a las que Agsal les ha quitado definitivamente el servicio tras caer en un círculo de endeudamiento, reestructuración de deuda y recargos que les impide salir de la situación.

    »Tras incurrir en moratoria de tres meses por impagos de 60 a 200 pesos, actualmente el adeudo promedio por casa de las que se les cortó el servicio ronda los 8 mil pesos, especifica, y cuestiona: “¿Cómo espera el Ayuntamiento -socio mayoritario en Agsal- que esas familias puedan pagar su deuda y aparte desembolsar otro tanto para la reconexión del servicio?”».

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