AMLO y su manera de entender la “democracia”

    0
    700

    Lo siguiente sería de risa loca, lo siguiente es para desternillarse de risa en otro contexto, pero hoy en este país de chocolate, es trágico. Absolutamente trágico. En días pasados el Presidente dgie Morena, que no es de todos los mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, canceló a mano alzada (su manera primitiva de poner en práctica eso llamado democracia, según él, claro) el Metrobús de la Comarca Lagunera (zona conurbada de Durango y Coahuila). Una obra que beneficiaría a 1, 369,939 habitantes de cuatro municipios. Dicha obra la canceló en 31 segundos donde pidió votación a mano alzada de la gente que ese día se reunió con él (menos de tres mil habitantes) en Gómez Palacio, Durango. Y la gente dijo… no. Fin. Ante la estupidez, se ha reculado ya, pero va a ser otra historia.

    En 31 segundos canceló una obra de 1,500 millones ya invertidos en Coahuila (Gobierna el priista Miguel Ángel Riquelme) y 880 millones ya planeados por el Gobierno de Durango (aquí gobierna el panista José Rosas Aispuro). Esta y no otra es la manera y la forma caciquil y de rabieta de jardín de niños de gobernar, de un Presidente que está vuelto loco encimado en su cargo. Le bastaron 31 segundos para echar a perder años de planeación y ya obra muy avanzada del lado de Coahuila. De hecho, le faltan meses para entregarla a los ciudadanos. Y claro, si usted ha ido a estos municipios: Matamoros, Torreón, Gómez Palacio y Lerdo, Durango, se habrá dado cuenta de una cosa: el transporte público es pésimo. A 40 grados diarios en esa Comarca Lagunera, aquello es un infierno de olores, sudores y humores. Amén de la contaminación y óxido que los desvencijados autobuses dejan a su lento paso. Como dicen los jóvenes, “nada qué ver” con el transporte urbano de Saltillo o de Monterrey, seamos francos. Con sus bemoles y yerros, pero los autobuses de Saltillo (aquí gobierna el “Cowboy urbano”, Manolo Jiménez) y Monterrey (aquí gobierna el priista Adrián de la Garza) son verdaderas limusinas comparadas con los autobuses de la Comarca Lagunera.

    El Metrobús es (era) un plan interestatal de comunicación y modernización del transporte público que tenía cinco años de gestación. No es un capricho de Gobernador alguno, es una necesidad básica para sus habitantes (repito la ingente cantidad de ciudadanos afectados, un millón 369, 939 ciudadanos). AMLO hizo su acostumbrada “consulta ciudadana” a mano alzada y finiquitó la obra. Así de sencillo. Los mercados de valores, las calificadoras internacionales y todo mundo de la iniciativa privada y ni se diga del mundo político, no tardaron nada en reaccionar. Ese mismo día, “Moody’s” salió a la palestra pública y recortó aún más el posible y vano crecimiento (vamos en  picada y nada nos detiene) de México: de 2% el año pasado con Enrique Peña Nieto, esta calificadora apenas nos da como tasa 1.2%. Otras calificadoras ven el panorama más negativo, nos dan apenas 0.8%  de crecimiento. Es decir, nada.

    Alejandro Olivo, de “Moody’s” dijo: “Seguimos esperando un año difícil para la economía… como resultado, los ingresos públicos pueden ser inferiores a las estimaciones del Gobierno, lo que hará necesario un recorte adicional.” En cristiano es lo siguiente: estamos quebrados, el gobierno de la República sólo invierte en sus tres o cuatro obras prioritarias, todas en Tabasco y el sur de México y como no hay predictibilidad (ningún tipo de certeza ni lógica en la toma de decisiones) en la toma de decisiones del Presidente Imperial llamado AMLO, el país está siendo un riesgo para los posibles inversionistas. Este es el México hoy de AMLO.

    Las voces se han levantado no sólo en Coahuila y Durango, sino en todo el país. El panista Jorge Zermeño al cual se la acumulan los pasivos en su diario accionar (no puede con su municipio), de plano dijo: “fue un movimiento orquestado” el mitin a favor de AMLO y contra la obra de la cual y en su municipio, está casi terminada. En el lado de Durango, Leticia Herrera también señaló lo anterior: “Todos quienes vivimos en la Comarca Lagunera vemos, sabemos, conocemos a nuestra gente. Esas personas no eran de aquí.” 31 segundos le bastaron a AMLO para cancelar una obra que él ya dijo no era necesaria. Con este tipo de “decisiones” a mano alzada”, como si fuese un jardín de párvulos, todo mundo está temblando y no hay certeza (predictibilidad) jurídica de nada. La economía está prácticamente parada. Estancada. Los datos son alarmantes.

    ¿Primero los pobres? Tal vez en Hungría o en Uganda, no aquí. Como no hay dinero y los despidos de decenas de empleados de las dependencias federales siguen a puños, no hay dinero, no hay circulante. El 50 por ciento de la población de México invierte 45% de su gasto, de sus ingresos, en alimentos y bebidas (no necesariamente alimentos y bebidas del segmento “Premium” u orgánicos) las cuales compran en el tienda más cercana de su casa. ¿Por qué? Porque no tienen dinero para ir a planificar sus compras al supermercado. Las ventas han caído por el orden del 0.8 por ciento precisamente ese tipo de mercado: el de la tiendita de barrio, miscelánea o el llamado “changarro.” Se compra menos y mal. Se alimenta la gente cada vez peor (datos de “Nielsen Connect”). Ante este entorno catastrófico, el Gobernador Miguel Ángel Riquelme y el “Cowboy urbano”, Manolo Jiménez plantaron su estandarte de batalla: Coahuila merece respeto y se tiene un límite para tolerar tanto y tanto agravio. ¿Sabe usted cuántos proyectos para Coahuila va apoyar su Alteza Serenísima López Obrador en este año?

    Coda

    Ninguno.

    Comentarios de Facebook