Desaparecidos

    Por Jesús R. Cedillo

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    ¿La vista de Michelle Bachelet, Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU a Coahuila (7 de abril) y a México, debe de tomarse con la suficiente gravedad en el tema lo cual debe de movernos a todos en un mismo fin de participación con problema tan delicado y terrible, como son las personas desaparecidas? Si. Absolutamente sí. De tal magnitud es la complicación en México y Coahuila, que vino una alta funcionario de la ONU, ex Presidenta de Chile en dos ocasiones. Su presencia es testimonio, su presencia fue una gran llamada de atención a todos los involucrados. Escribí todos, todos nosotros.

    Bachelet se fue sorprendida de México, de lo que pasa en México. Son cifras de espanto. Propias de un país en guerra y eso llamado un “estado fallido”, cifras de miedo y terror, no propias ni admisibles en un país con democracia plena y en teoría, con sus instituciones funcionando. 40 mil desaparecidos. 26 mil seres humanos sin identificar y una decena de mujeres asesinadas (muchas de ellas, tipificados como feminicidios) diarias en el país, son las cifras oficiales del espanto. No lo es todo. El año pasado, 2018, el índice de Paz México 2019, dio la siguiente cifra: más de 34 mil muertos ese año. La cifra que tenía en sus notas Bachelet era la siguiente: 252 mil 538 personas asesinadas de 2006 a la fecha actual. Se quedó corta. Justo cuando todo esto sucedía y se mantenían reuniones para evaluación de su visita, el colectivo “Guerras Buscadoras” de Sonora, encontró una fosa clandestina en Cajemé con 25 cuerpos. 25 cuerpos más que debe enlistar la Señora Michelle Bachelet. Más los de Guerrero, más Jalisco…

    María Teresa Valdez, líder de ese grupo en Sonora, dijo a la prensa: “No es un orgullo nuestro hallazgo, es un descanso que van a tener familias que tendrán a sus familiares.” Sin duda alguna. Y esta triste reflexión es la misma, fue la misma de la Alta Comisionada cuando en parte de su evaluación dijo: “La sanación no será producto del tiempo, será el fruto de la materialización de resultados concretos. No solamente es deseable. Sino posible.” Y esto es precisamente el quid de la cuestión, la falta perenne de resultados concretos de las diversas instancias del Gobierno mexicano. No sólo los grupos organizados de la sociedad civil de Sonora han encontrado fosas clandestinas donde hay seres humanos que sus familias esperan con dolor y llanto, aunque pasen años de su desaparición, por lo general son estos grupos organizados los que llevan la batuta ante semejante y atroz problemática. En el caso de Coahuila, mucho se ha criticado el papel de Luis Efrén Ríos Vega y del mismo Xavier Díez de Urdanivia, por su tibio y fantasmal papel en esta problemática que a muchos ha tocado con su manto de dolor.

    A nivel federal, este manto, este crespón negro se le quiere quitar y de un plumazo, a Andrés Manuel López Obrador (Presidente de Morena, no de México) por haber asumido el poder político en el país hace apenas meses. No es así ni debe de ser así. Él es uno de los responsables. Él ha estado encimado en posiciones de poder político de la más alta relevancia (Jefe del Distrito Federal, Presidente de Partido político (PRD), más 18 años en campaña…) y poco o nada contribuyó en su momento, para la focalización de semejante drama y en trabajo conjunto, paliarlo y cambiar el estado de las cosas. Hoy y al frente de México, su labor es igual de cuestionable.

    Hace días y en una de sus ya muy cuestionadas reuniones por la mañana con la prensa de la ciudad de México, ahora sí, un periodista, Jorge Ramos, mexicano y avecindado en Estados Unidos, lo cuestionó duramente con las cifras de homicidios dolosos, desaparecidos y feminicidios los cuales van dramáticamente hacia la alta en sus meses de gestión (todo ello ya documentado en esta columna, en la titulada “Fondo y forma 3”, en febrero pasado), AMLO de plano lo atajó y lo negó. Pero, nunca aporta cifras contundentes y reales que rebatan eso que todo mundo ya sabemos: su gestión es un desastre. Los de Morena son pandilleros y violentos. Pues una vez más lo demostraron: apenas había sucedo lo anterior, el monje Alejandro Solalinde, cercano, muy cercano a AMLO y sus claques y huestes, dijo que el periodista Jorge Ramos había sido “agresivo” y altanero con AMLO. Caray, esto y no otra cosa es el entorno de AMLO. Funcionan como pandilla armada y nadie, nadie puede criticar al Presidente de Morena.

    ¿Nos debe de preocupar lo anterior? Si. Vamos siguiendo los pasos de Venezuela con Hugo Chávez y Nicolás Maduro. ¿Son acciones aisladas de AMLO y sus empleados? No. Es un plan perfectamente armado y deletreado. Son técnicas de propaganda y guerra. ¿Quiere que se lo pruebe estimado lector? Ya me acabé el espacio, pero hay voy: la magistrada Claudia Mavel Curiel de Jalisco, comunicó a sus homólogos que por instrucciones de la Presidencia de la Suprema Corte, los jueces deben evitar críticas y comentarios públicos contra el Presidente (“El Norte”, 15 de marzo). Literal, dijo, “No es una amenaza, es un llamado a la prudencia.” Prudencia que nunca pidió ni exigió Enrique Peña Nieto en el cual los “periodistas libres” se cebaron ruidosamente. Hoy callan por cobardes. A AMLO no se puede criticar o… En fin, regresaré a ambos temas muy apretados hoy. Pero como final, resulta altamente tóxico que Luis Efrén Ríos Vega haya hablado o ponderado de la “relevancia internacional” de la presencia de Michelle Bachelet en Coahuila, cuando debió de haber sentido vergüenza por su escaso trabajo (editorial publicada en “Vanguardia”).

    Coda

    Como siempre, el elemento cohesionador es el dinero: con un jugoso presupuesto para su AIDH, todo lo vale. Deberían de darles una pala y un pico a él y su gente, serían de más ayuda. Coahuila es el octavo lugar nacional en materia de desaparecidos. Triste nuestra historia. Triste manera de sobrevivir a nuestros desaparecidos.

     

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