No tienen progenitora

    Por Julián Parra Ibarra

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    De acuerdo con el INEGI hasta la celebración del Día Mundial de la Población en su edición de julio del año pasado, en México la población total ascendía a 123.5 millones de personas, de las cuáles un poco más de la mitad, el 51.2 por ciento son mujeres, y 33.3 millones eran niños menores de 15 años.

    Por muchas razones, esos segmentos de la población, mujeres y niños –además de los indígenas-, conforman los grupos de mexicanos con más alta vulnerabilidad.

    Si reúnen esas dos condiciones: vulnerabilidad y ser la mayor parte de la población de nuestro país ¿cómo es que el gobierno sea a las que más ha puesto en riesgo con las medidas adoptadas con el esquema mediante el cual se operará las Estancias Infantiles y los Refugios para Mujeres Violentadas?

    Si no el Presidente –que debiera también saberlo puesto que está decidiendo sobre ellos-, alguien de su gabinete si es que alguien sabe, debiera explicarle las formas en que en ambas instancias se trabaja desde la sociedad civil, los beneficios, las bondades y lo que los apoyos significan en unas y otras. De manera seca, con las decisiones adoptadas en ambos casos, los golpes han sido para las mujeres.

    En las redes sociales, hablando de los Refugios para Mujeres Violentadas, circulan memes que resultan indignantes y lastimosos, porque ahora que se dice que los apoyos van a dar directamente a las mujeres violentadas, en las redes se mofan de que al final de cuentas, ese dinero irá a dar a manos de sus violentadores.

    Los refugios no son solamente espacios en los que las mujeres en riesgo extremo y sus hijos pueden acudir en busca de seguridad, sino son lugares en el que ellas y sus menores hijos reciben una atención integral, médica y sicológica, pero también jurídica y de motivación para salir adelante.

    Solamente quien no tiene madre o no la tuvo nunca, puede atentar tan brutalmente contra las mujeres revictimizándolas y dejándolas expuestas, porque en el círculo de la violencia intrafamiliar, ésta es una espiral creciente y donde existe violencia física, si no es frenada, estamos ante un inminente feminicidio.

    ¿Por qué ensañarse con las madres solteras y cabezas de familia que no tienen dónde dejar a sus hijos menores para ir en busca del sustento familiar? ¿Por qué desproteger a las mujeres violentadas que ahora no tendrán dónde refugiarse?

    laotraplana@gmail.com

    @JulianParraIba

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