Actualización 1

    Por Jesús R. Cedillo

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    ¿Andrés Manuel López Obrador está gobernando inteligentemente? ¿Hace caso a un plan debidamente preconcebido y analizado o bien, se deja llevar por su temperamento (rasgo biológico) y carácter (acento moral)? ¿Son ocurrencias de un Presidente con toma de decisiones verticales y unipersonales en base a su estado de sentimientos de momento (a ratos con bilis negra, a ratos con bilis amarilla, flemático o sanguíneo, para decirlo con los filósofos antiguos, como Hipócrates? ¿Estamos ante un hombre de Estado el cual se mueve de acuerdo a las Leyes y sus instituciones, o bien, estamos ante un hombre que tiene un estilo personal de gobernar basado únicamente en el poder de sus sueños y su almohada? No pocas cosa señor lector. Las anteriores ideas a vuela pluma son una actualización de ese libro, ese ensayo el cual jamás caduca, de don Daniel Cosío Villegas, “El estilo personal de gobernar.” Texto fiero el cual le enderezó en su momento a media res de su mandato, al entonces Presidente de México Luis Echeverría Álvarez. No es casualidad, sino causalidad que AMLO y Echeverría tienen muchos puntos en común. Lo exploraremos en otro texto.

    Hoy y periódicamente, estaré publicando este texto; es decir, pienso será mensual mínimamente y será una exploración, una actualización (para que no se olvide) de los dichos, habladas y rabietas (lenguaje feroz, de odio) de AMLO y sus claques de Morena. Será pasar repaso a las acciones, dramas y modo de gobernar y ejercer el poder por parte del Presidente de México y sus fanáticos, los cuales y a mi personal juicio, no tienen idea del país que quieren edificar. Tome lo que considere pertinente para su toma de decisiones cotidiana señor lector y deseche usted el bagazo de este texto. Comenzamos y como siempre, no quiero convencer a nadie. Usted es el hombre y la mujer importante para que este país siga en pie. Usted y nadie más.

    Hay una diputada local en Veracruz de Morena la cual sabe de política y sociedad del país, lo mismo que yo sé de astronomía: nada. Es un buen ejemplo del grupo de Morena el cual llegó el poder por el efecto de AMLO en la urna. Es Ana Miriam Ferráez. En diciembre de 2018, al querer defender a su patrón AMLO y negar las similitudes entre AMLO y Fidel Castro, a éste último lo confundió con el ya también muerto, Hugo Chávez. Ni lo uno ni el otro y cuando estuvo en tribuna, tampoco pudo recordar aquella memorable frase espetada por Vicente Fox: “Comes y te vas.” La última de esta afásica diputada: ante la ola terrible de feminicidios, violencia y acoso a las mujeres, propuso en Veracruz un “toque de queda” para las féminas: no pueden andar en la calle después de las diez de la noche. No es broma. Es su propuesta progresista y de avanzada. Puf.

    “Es mi voluntad entregar  las llaves de la ciudad a nuestro señor Jesucristo y proclamar delante de todos que Jesucristo es el señor de Juchitán.” Palabras del Edil de Juchitán precisamente, Emilio Montero, pronunciadas a mediados de enero en una jornada de oración celebrada en ese municipio de Oaxaca. ¿Hay que aclarar que el Alcalde es de Morena? Pues sí, en tierra de Benito Juárez, eso del estado laico ya es cosa del pasado y hoy no se confía en la voluntad ni liderazgo del hombre para salir adelante, todo se le deja a la ayuda o ira de Jesucristo y de Dios. Y continuando con Veracruz, ya hay otra diputada que compite en estupideces con la anterior diputada aquí deletreada, Ana Miriam Ferráez. Es María Graciela Hernández, quien recién afirmó que la despenalización del aborto por aquellos rumbos y en legislación nacional promovería la irresponsabilidad en los jóvenes.

    Su declaración textual ante medios de comunicación es la siguiente: “Hay muchos jóvenes que se les quitaría un poco de responsabilidad, de por sí ya nos cuesta que sean responsables y que todavía hagamos este tipo de legislación.” ¿Gente progresista, de izquierda madura, de avanzada, preparada, instruida y con ganas de modificar el entorno de México al futuro? Pues han de ser diputados en Europa los cuales nos han de querer más que nosotros mismos; aquí como se ve, Morena es peor que el PAN. Cuando tomó posesión luego de un largo período postelectoral y con juicios de por medio, Erika Alonso, la panista gobernadora de Puebla en diciembre, Andrés Manuel López Obrador no fue a su toma de posesión. La menospreció y la ninguneó. Tampoco mandó representante alguno. ¿Era obligación mandarlo? Sí. Porque en teoría y sólo en teoría, el ex crucificado ya es Presidente de todos los mexicanos. No es así. Usted sabe el desenlace funesto: murió en accidente aéreo la Gobernadora Erika Alonso y su esposo, el senador panista Rafael Moreno Valle. Al día de hoy no se sabe qué pasó.

    El miércoles 30 de enero y en sus habituales conferencias diarias de la mañana, AMLO se soltó con lo siguiente: “Es muy hipocrática lo que hacen estos organismos, que permitieron el saqueo, que avalaron la llamada Reforma Energética. Guardaron un silencio cómplice. Y ahora que estamos recuperando a Pemex salen con sus recomendaciones o tratando de calificar sobre el desempeño de Pemex… Imagínense: si imponen una política económica durante 36 años, se dedican a saquear, a robar, a empobrecer al pueblo, y luego hay un cambio, pues están molestos, inconformes y tratan de desprestigiarnos cuando ahora México tiene mucha fortaleza por su autoridad moral.” Lo anterior cuando las calificadoras internacionales como Fitch Ratings pusieron los bonos de Pemex al borde de perder inversión. ¿Lo notó? AMLO y sus claques apelan sólo a su temperamento y carácter, no a estudios técnicos, planes ni estructuras precisas.

    AMLO, igual que Echeverría.

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