¿Jorge Torres era prófugo?

    Por Jesús R. Cedillo

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    ¿Cuánto odio, rencor, bilis negra, agravios, úlceras, inquina, impotencia y dolor acumula la sociedad de Coahuila en general y Saltillo en particular, sentimientos los cuales son un fardo en sus espaldas en materia política? Imagino por lo mucho que he escuchado, se acumula un peso ingente, sobre humano. Decenas, decenas de llamadas y mensajes recibí el martes 5 de febrero bajo un denominador común: había sido detenido en Puerto Vallara, el ex político coahuilense Jorge Torres López, miembro de la plutocracia local (su primo directo es el tristemente célebre Chilote López Villarreal, ex alcalde de Saltillo el cual hizo mucho, mucho daño a la sociedad local). Ese día llegaba el fin de la impunidad para Torres López. Había sido detenido al complementarse  una orden de aprehensión en su contra. A casi cinco años de la emisión de su ficha de búsqueda por parte de la DEA norteamericana (Agencia para el Control de las Drogas) los cuales lo buscaban por fraude bancario y lavado de dinero, Jorge Torres López fue aprehendido.

    Ese día, decenas de llamadas y  mensajes recibí de políticos, empresarios, académicos, universitarios, líderes de opinión, etcétera, todos bajo un común denominador y petición: cebarme en el árbol caído o carroña de Jorge Torres López y recordar y escribir aquí todo lo punible de lo cual es culpable. Yo escuché a todos los amables lectores que se comunicaron. A todo les decía que sí y al final les espetaba: muy bien, es interesante todo lo que usted dice. Vamos hacer lo siguiente: yo escribo el texto, lo firmo claro, pero pongo su nombre y sus frases entrecomilladas como una declaración suya. No, no hubo nadie que autorizara lo anterior. Cobardes, un pueblo de cobardes. Pero insisto, ¿Cuánto odio, rencor, bilis negra, agravios, úlceras, inquina, impotencia y dolor acumula la sociedad de Coahuila en general y Saltillo en particular, sentimientos los cuales son un fardo en sus espaldas en materia política cuando escuchan los nombres de Javier Villarreal Hernández, Humberto Moreira, Jorge Torres López, Rubén Moreira, Ismael Ramos…? El peso es ingente. Pero, puede más la cobardía (la nómina, pues) y el escudarse en las redes sociales del anonimato, que exigir justicia voz en cuello.

    A uno como escritor y periodista le piden y le exigen ser juez y verdugo al mismo tiempo. Ni lo uno ni lo otro. Sólo escribo, a eso me dedico. Mi oficio son las palabras y uno no puede juzgar al político en turno y menos condenarlo a la horca, en este caso, el envío de la humanidad de Jorge Torres a Estados Unidos para ser procesado. ¿Era prófugo? No. Aquí le platiqué de que lo había visto en un convoy urbano de camionetas orondo y feliz en la ciudad. Sus hijas salen retratadas con lo más rancio de la sociedad local en bodas y fiestas sociales en San Miguel de Allende, Puerto Vallarta, Guadalajara… ¿Iba o asistía el mismo Torres López a estas tertulias de la fina y alta sociedad de Coahuila? Vea usted las fotografías de sociales.

    Se lo he dicho una y otra vez, la mejor página de análisis político son las fotografías del llamado “zoológico de humanos” (Gerardo Blanco Guerra dixit), los suplementos de sociales, vaya; donde de verdad se ven los amarres, las uniones por “amor”, la copulación de fortunas; negocios sin nada, nada de ideología ni valores de color partidista alguno. Negocios, nada más. Nunca, nunca escribo de un cadáver. Siempre lo he hecho en su momento de frente y cuando todos los anteriores tipos arriba nombrados, gozaban de todo el poder bestial y concentrado (por eso me va como me va, en fin). Hoy le he preparado una pequeña andanada de textos, fragmentos, de lo mucho que escribí en su momento en el diario VANGUARDIA, sobre Jorge Torres López. Y usted lo sabe, nunca voy a cambiar.

    “… hoy, debido a esta futurología que a todos nos tiene con el rosario en la boca, le voy a regalar una perla más que no dudo se va a cumplir llegado el plazo fatal. Jorge Torres López, sí, ese por el cual nadie depositó un triste voto en las urnas y fue Alcalde de Saltillo, ahora será ungido de la misma manera como flamante Gobernador de Coahuila por un día y entregará el poder político a las manos de Rubén. ¿Dudas? Al tiempo.” Columna titulada “Aventura” del 25 de septiembre de 2010.

    “Damas y caballeros del jurado, perdonadme lo siguiente que dejo por escrito, pero… estoy hasta la madre de que jueguen con ustedes como abnegados y fieles votantes, estoy hasta la madre de esta engañifa y farsa democrática que se hace pasar (de hecho lo es, ni modo) como una estratagema legal y en la cual no se puede hacer nada. Perdonadme, estoy hasta la madre de que Jorge Torres López llegue a todos los altos puestos en Coahuila sin un triste y pinche voto en urna alguna.” Columna “Sin novedad” de enero de 2011.

    “… en la Alcaldía de la Ciudad capital de Coahuila de Zaragoza, Saltillo, hemos pasado de un protagonismo exacerbado en la imagen de Humberto Moreira, a la inexistencia de la autoridad municipal, encarnada en al figura patética y mediocre de Ismael Ramos Flores, al cual llaman en los corrillos de la política comarcana como “El Alcalde Invisible.” Columna “El alcalde invisible” en 2005.

    Por cierto, en aquellas lunas, VANGUARDIA publicó la nota de que el “Lito” Ramos al jubilarse como “funcionario”, obtendría la  friolera de un millón 291 mil 966 pesos por sus “servicios” prestados en el organigrama estatal en Coahuila. Imagino ya se jubiló. Seguido lo veo en un merendero de la localidad pegándole a esa mamada de “calidad de vida.” Jorge Torres López está detenido ¿a cuántos arrastrará en su caída?

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