Estado de La Laguna

    Por Gerardo Hernández González

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    Andrés Manuel López Obrador es un hombre de símbolos. La imagen institucional de su gobierno, con las figuras de Morelos e Hidalgo (independencia), Juárez (restauración), Madero (revolución) y Cárdenas (reforma social), representa un repaso histórico y la inspiración de su presidencia. Frente a las derivas del poder (entreguismo, abuso, codicia, boato, arrogancia e impunidad), AMLO decidió abrazar el patriotismo y los valores de sus héroes tutelares. Clausurar la residencia de Los Pinos y abrirla al público como recinto cultural, poner a la venta el fastuoso Boeing 787-8 y prescindir del Estado Mayor, cancela tres de los emblemas más ostensibles de la presidencia imperial.

    AMLO conoce el país, las necesidades de las mayorías y el sentimiento social hacia la clase política. Para sintonizar con la austeridad presidencial, el gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón Cadenas (Morena) convirtió en museo la casa de gobierno; y el de Jalisco, Enrique Alfaro (Movimiento Ciudadano), entregó el helicóptero utilizado por su predecesor al Sistema de Salud Médica de Urgencias. Antes, en Nuevo León, Jaime Rodríguez (independiente) había decidido no ocupar la residencia arrendada con recursos del erario.

    Coahuila no dispone de casa de gobierno en Saltillo, pero sí en Torreón, la cual permanece ociosa la mayor parte del año —máxime ahora, pues el gobernador Miguel Riquelme tiene vivienda en esa ciudad—. El edificio, localizado en la colonia Torreón Jardín, se adquirió en el sexenio de Óscar Flores Tapia para la Dirección de Desarrollo Regional. En la administración de Eliseo Mendoza Berrueto se habilitó para evitar gastos de hospedaje y oficinas y dedicar más tiempo a La Laguna. La intención era contrarrestar la demanda de crear el estado lagunero.

    En junio de 2017, después de las elecciones para gobernador, diversas ONG protestaron frente a la casa de gobierno contra la venalidad, el endeudamiento sin castigo y el autoritarismo. En la fachada se leían carteles como este: «R. Moreira, autócrata. Basta de ucases. La sociedad exige participación en la elaboración de la ley estatal anticorrupción» (demanda ignorada). «#Basta de impunidad. #Megadeuda. #Desaparecidos. #Corrupción», clamaban los colectivos.

    La primera visita de López Obrador a Coahuila, en calidad de presidente, fue a Torreón, el 28 de diciembre. Llegó en vuelo comercial, de Ciudad de México, y después de la asamblea en el Teatro Nazas, donde anunció el Programa Integral de Desarrollo, viajó a Monterrey. El gesto entusiasmó a los laguneros por la expectativa de constituir su propio estado con el apoyo de AMLO. El sueño a veces remite, pero sigue vivo en los meandros del imaginario colectivo, como en los recodos del Nazas, y el más leve movimiento lo reanima.

    El presidente sabe del tema y lo tanteó frente a los gobernadores Miguel Riquelme (PRI) y Rosas Aispuro (PAN), a quienes se exige mayor infraestructura y servicios en La Laguna, pues su atención está centrada en las capitales. «Se requiere de la suma de voluntades, de esfuerzos, y que se acepte que ya hay un despertar ciudadano, que no somos ciudadanos imaginarios, que somos ciudadanos de verdad y que tenemos todos conciencia y criterio para decidir cuando se presenten elecciones, cada quien libremente va a elegir». ¿Consulta sobre el Estado de La Laguna?.

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