¿Ustedes quieren irse? 2/2

    Por Jesús R. Cedillo

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    Niños. La humanidad (una gran porción de ella) hoy es más inmadura; la gran mayoría de esta población cree en lo siguiente y se deja llevar por los siguientes eslóganes: “Le planeamos la boda de sus sueños”, “Le tenemos la mejor playa para las mejores vacaciones de su vida”, “No más experimentos. Nosotros le organizamos su dieta”, “Póngase en manos de expertos, nosotros le decimos en qué invertir su dinero.” Los anteriores letreros son letras reales que pululan en medios de comunicación y anuncios urbanos. De lo anterior al siguiente eslogan, sólo hace falta un paso: “Nosotros le decimos qué pensar.” De hecho, es lo que hacen esos charlatanes del “Coaching”, con certificados en superar pérdidas (lo que eso signifique), expertos en comunicación asertiva, superación personal, doctos en empoderar a los hijos, primos, nietos, abuelos, madres y un etcétera demencial.

    Nadie quiere decidir en su vida, por eso los magos del las falsas psicologías venden a precio oro sus cursos y charlas. Por eso, tomar una decisión, siempre va a ser un drama terrible. Un drama universal: hacer uso de nuestra libertad, de nuestro libre albedrío. Acostumbrados a que todo mundo tome decisiones por nosotros, el maestro de Cafarnaúm, Jesucristo, de plano les dijo a sus doce discípulos cuando la represión bramaba a su alrededor: “¿También ustedes quieren irse?” (Juan 6:60). Les exigió una decisión personal: se quedan o se van. Hoy, la mayoría de los humanos buscan padres fuertes y con poder de autoridad (por eso millones de mexicanos eligieron al tirano de Andrés Manuel López Obrador), buscan falsos psicólogos y profetas que les “enderecen” su vida, sus penalidades, que les regresen la felicidad a ellos y sus cónyuges, piden a gritos que les digan por dónde transitar y qué hacer para que sus hijos regresen y los quieran. En fin, menores de edad.

    Por estos días sigo la trama en diarios norteamericanos y de España (aquí en México ha pasado de noche. Ignoro si por compadrazgo, línea editorial o de plano, ignorancia al respecto) de la secta NXIVM, la cual era financiada por ricos y famosos de todo tipo de oficios y profesiones. Le dije en el texto pasado que involucrados están mexicanos como Emiliano Salinas, Edgar Boone, Rosa Laura Junco, Fabiola Sánchez de la Madrid, Ana Cristina Fox… y creo que usted identifica a qué familias pertenecen: familias de corte político, medios de comunicación de derecha; familias muy reconocidas socialmente por un motivo: el harto poder de dinero que tienen. Sólo eso. La secta NXIVM está siendo investigada por el FBI norteamericano. Su líder y gurú y cabeza visible, Keith Raniere, fue detenido en México, quien ejercía un control brutal “psicológico, económico e incluso sexual entre sus acólitas.”

    ¿Sabe a qué se dedicaba la secta, de la cual y aquí en Saltillo, al menos conozco a tres encumbrados empresarios de harto dinero que tomaron sus “Cursos de superación personal”? Cursos a precio oro, claro. La secta NXIVM era una “comunidad guiada por principios humanitarios que buscan empoderar a la gente y resolver preguntas importantes sobre lo que significa ser humano.” Su gurú, Keith Raniere, quien vivía como príncipe, con propiedades inmobiliarias por el orden de los 26 millones de dólares y un jet privado, marcaba a su séquito de edecanes sexuales (“amas y esclavas” llamadas en su jerga, DOS) con un tatuaje (como vacas, pues) y sin anestesia (las mujeres son manipulables, no piensan). Sin duda, verbo mata carita y… dolor.

    Quien inició esta serie de alertas y de denuncias, fue la actriz Catherine Oxenberg (bella actriz de “Dinastía”) quien llevó a su hija a un curso de superación personal, un “Seminario de liderazgo” de NXIVM en 2011. De tan bella la niña, fue captada, “le lavaron el cerebro”, dijo la actriz de su hija y fue reclutada como una acólita de DOS (esclava sexual y marcada en la pelvis, como res). Luego de siete años y de que la madre actriz empezó con una serie de denuncias públicas, el FBI y los medios de conminación al empezar a investigar esta trama gigantesca y global de embaucadores, han descubierto una organización criminal. Nada menos.

    Y los últimos datos disponibles son los siguientes: vinculada está la multimillonaria Clare Bronfman, heredera del dueño de la destilería Seagram.  Forma parte de esta organización piramidal y ha sido ya vinculada a proceso, que ha pagado 100 millones de dólares de fianza para enfrentar los cargos en arresto domiciliario. Ella, desde hace quince años ha invertido en esta organización, más de 130 millones de euros para financiar al tal sultán llamado Raniere. ¿Y sabe usted quien destapó todo lo anterior en Estados Unidos y luego brincó al mundo? La revista “Vanity Fair.” Pues sí, lo que aquí hacen revistas como “Hola” o “TV y Notas”, quienes han destapado escándalos, perversiones, infidelidades y fiestas privadas de todo mundo que es famoso en México, incluyendo políticos. Los de NXIVM le prometían “empoderarlo” lo que esa estupidez signifique. Hubo gente que lo creyó y pagó miles de dólares por ir a sus cursos de lavado de cerebro. Conozco al menos a tres empresarios saltillenses que lo hicieron y los cuales son muy “respetados” con premios y medallas en la comunidad local.

    Si tuviese dinero, infraestructura y tiempo para investigar, le presentaría el brazo ejecutor mexicano. De miedo. Pura gente “respetable.”

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