Letras para Pedro Ángel González  2/2

    Por: Jesús R. Cedillo

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    Se sueña mejor con los ojos abiertos. Soñar despierto es tarea de nosotros, los que arrastramos tinta y pluma sobre hoja en blanco. Uno busca y añade letras al sueño, los anhelos, deseos y esperanzas de esos ciudadanos que tienen voz, pero no la alzan. Uno tiene el privilegio de escribir y compartir los colores que nacen precisamente de los sueños. Y los colores, como el arcoíris con el cual Dios hizo un pacto con Noé para refrendar su compromiso de no volver a mandar un diluvio (calamidades) a la tierra (Génesis 9:14) y destruir a sus creaturas, son de diferente pelaje para eso precisamente, unirlos en un gran arco en las nubes y tomar de él la tintura que más nos agrade para nuestro futuro, un futuro que es hoy. Entonces ¿de qué color es la esperanza en un país mejor? ¿De qué tintura pintaremos nuestro anhelo y reclamo de libertad y frenar la violencia que a todos nos atosiga? ¿De qué color es la democracia que queremos tener no mañana, sino hoy y a la vez, les queremos heredar a nuestros hijos y vecinos?

    “Ella amó demasiado con los ojos abiertos”, dice un verso alejandrino del escritor francés Georges Schehadé. Amar con los ojos abiertos, hacer el amor con nuestra pareja con los ojos abiertos, de frente, de cara a cara y depositando nuestra mirada en la cara golosa de nuestra mujer amada. Esto y no otra cosa, señor lector, es lo importante. En la colaboración pasada y en honor a mi maestro ya unido a la eternidad, Pedro Ángel González, quien nos heredó un puñado de buenos libros de su autoría, me cuestionaba de lo realmente importante en la vida. Todo mundo tendrá sus prioridades y sus metas principales, medias y de largo plazo. Pero, no ha todos les interesa ni como sombra, la insana y corrupta política mexicana. ¿Los podemos condenar? Absolutamente no.

    ¿Cómo condenar a este tipo de ciudadanos, cuando sabemos que como candidato de manera plurinominal en este México de chocolate nuestro, va un “líder” sindical, como Napoleón Gómez Urrutia, quien presuntamente desvió en su momento, 55 millones de dólares de las cuotas de sus afiliados, obreros y mineros mexicanos, para su propio gasto? Pues sí, el inefable “Napito” es candidato por MORENA, arropado por Andrés Manuel López Obrador. ¿Qué hubiese pensado usted, de ser este mismo tipejo, “Napito”, candidato del PRI? Ojo entonces con esto.

    Pero lo anterior realmente a quién interesa. Pues a todos, pero esta negociación se dio en las altas esferas donde usted y yo nada tenemos qué ver (no debería de ser así, pero así funciona la desequilibrada política mexicana). Donde si tenemos qué ver y diario, es en nuestra formación de valores, educar nuestro gusto estético, ser ciudadanos ejemplares en nuestro radio de acción y buscar el goce no sólo de nuestro cuerpo, sino de nuestra alma. Ese lugar llamado alma, de existir, claro. Por eso, lo importante es buscar a nuestros amigos, a nuestros maestros; acercarnos gozosos a admirar y ver aquella película por siempre pospuesta en nuestra televisión en casa, leer aquel libro que tiene meses esperando nuestra manos, buscar a nuestros amigos de tertulia e irnos con ellos de parranda a compartir eso llamado vida. Esto es lo importante.

    Lo escribió un poeta, Georges Schehadè, y no un sociólogo ni politólogo: “Hay que soñar con los pájaros que viajan/ entre el día y la noche como un rastro…” Siga usted señor lector, ese rastro, esa huella en el aire. Al final estará el arco en las nubes, el arcoíris, el pacto de Dios con usted, con nadie más… así sea.

     

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