Barcelona empata con el Celta y mantiene el invicto

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El Barcelona más desnaturalizado salvó la salida más compleja que le quedaba con un empate 2-2 muy trabajado ante el Celta, que les significó ser el primer equipo invicto en la historia, durante las primeras 33 jornadas de La Liga. El líder, plagado de poco habituales, jugó bien, se puso dos veces por delante y resistió al coraje de Iago Aspas, capaz de sostenerlo a un equipo con sus brazos. Usó uno para empatar, es cierto, pero cuajó un partido monumental, logrando que el Celta sumara un punto valioso.

La capitanía de Marc-André Ter Stegen venía dada por ser el más veterano sobre el césped. De acuerdo. Pero el rendimiento también debería premiarse con el brazalete, y el alemán es culpable de la gran campaña del Barça. En Balaídos, con la rotación salvaje decretada por Ernesto Valverde, el blindaje del portero en los disparos a bocajarro fue fundamental para no irse al descanso con derrota. Si a Maxi Gómez le sacó un disparo de área pequeña, a Brais Méndez le regaló una parada antológica, a mano cambiada, sacándola de la escuadra. En el empate, al borde del descanso, tuvo poco que hacer.

La jerarquía del alemán dio confianza al batallón de poco habituales. Dio réplica a un Celta valiente, como respuesta la pifia del pasado sábado en Leganés. El partido plano celeste en Butarque quedó borrado por un planteamiento diferente, tres centrales y dos carrileros largos (Wass y Pione), al estilo de la Roma. Una apuesta arriesgada de Juan Carlos Unzué que dominaba con balón y sufría sin él, superada la presión alta.

André Gomes recibió el encargo de dirigir el juego desde el salón del pivote. Estuvo activo el portugués guardando la posición, y permitió a los volantes (Denis Suárez, Philippe Coutinho y Paulinho) soltarse en ataque. Ellos tuvieron las mejores opciones -un tiro cruzado de Denis, un cabezazo al palo de Paulinho-, mientras la defensa sufría en la contras. Eso sí, Yerry Mina, la gran novedad junto a Vermaelen (Tom y Yerry, al fin juntos), encajó bien en el equipo, imponiendo su corpulencia.

Después de un buen puñado de ocasiones sin premio, decidieron los errores. El de Jonny al cruzar un balón desde el lateral lo coronó Ousmane Dembélé con una volea estupenda de zurda. El falso lateral zurdo del Celta -es diestro- se redimió pronto.Evitó el segundo rebañando la pelota a Paulinho y se fue a la contra, tras un error entre André y Dembélé, para coronar el centro de Maxi Gómez.

Los partidos abiertos favorecen a los equipos con más calidad, y aunque Jozabed Sánchez tuvo una opción muy clara de anotar al poco de empezar el segundo acto, el Barça impuso la ley del más fuerte. Empezó a calentar Lionel Messi, o sea, se avecinaba tormenta. Fue entrar Lionel y el equipo azulgrana se agrandó. Eso sí, no intervino en el 1-2. Combinó Nélson Semedo con Dembélé, el lateral sirvio el centro al área chica, remató Paulinho, tocó Sergio y, por si las dudas, remató Paco Alcácer. Premio al trabajo del valenciano.

Al Celta no le valía más que el triunfo para arrimarse a Europa. Por supuesto, fueIago Aspas quien devolvió la fe a Balaídos. Primero, hurgó a la espalda de Sergi Roberto, obligándole a agarrarle cuando se iba solo a gol. Roja, diez minutos después de entrar al campo. La primera expulsión del Barça en la temporada. Después, con la entrada de Emre Mor, sacó el ingenio para aprovechar el único error de Marc-André Ter Stegen y acompañar su rechace corto con la mano.

Con Aspas encendido, el Celta trató de derrotar al líder por vez primera.Pudo lograrlo Lucas Boyé, solo en mano a mano tras recibir un balón maravilloso de Iago. Falló al resolver. No hubo más. El Barça logró su objetivo de mantener virgen su casillero de derrotas, y el Celta salda su cara a cara liguero ante el líder con dos empates. Poca recompensa si se rompe Aspas, como pareció al final, y se escapa Europa.

Con información de MARCA

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