México y el populismo

    Por Gerardo Hernández González

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    El apoyo creciente a la democracia directa la propician los partidos y los gobiernos que ejercen el poder de espaldas a la sociedad y solo benefician a sus burocracias y a las elites. La frustración y el enojo ciudadano por la corrupción y la falta de resultados también abren cauce a otras formas de gobierno. Según el Barómetro de Confianza Edelman, México es “un territorio fértil para el populismo”, pues el 67% (14 puntos porcentuales por encima de la media global) cree “que el actual sistema es injusto y no proporciona mucha esperanza para el futuro”. Por otra parte, “la globalización y el cambio tecnológico han debilitado aún más la confianza de la gente en las instituciones”.

    La encuesta del Centro de Investigaciones Pew (PRCPP, por sus siglas en inglés) dice que “en los últimos años se ha extendido una ansiedad cada vez mayor sobre el futuro de las democracias en todo el mundo. Los autócratas enardecidos y los populistas en ascenso han sacudido las suposiciones sobre la trayectoria futura sobre la democracia liberal, tanto en naciones donde todavía no ha florecido como en países donde parecía fuertemente arraigada”.

    Un texto firmado por Richard Wike, director del PRCPP, y otros autores, señala: “Los académicos han documentado una ‘recesión democrática’ global, y algunos ahora advierten que incluso las democracias ‘consolidadas’ de larga data podrían perder su compromiso con la libertad y deslizarse hacia políticas más autoritarias”.

    El PRCPP encontró que “hay razones para la calma y la preocupación cuando se trata del futuro de la democracia. Más de la mitad en cada una de las naciones encuestadas considera que la democracia representativa es una forma muy buena o buena de gobernar su país. Sin embargo, en todos los países, las actitudes a favor de la democracia coexisten, en diversos grados, con la apertura a las formas de gobierno no democráticas, incluido el gobierno de expertos, un líder fuerte o el ejército”.

    La democracia participativa tiene mayor respaldo en los países más ricos y con sistemas más plenamente democráticos, explica el estudio. “Al mismo tiempo, las mayorías en casi todas las naciones también adoptan otra forma de democracia que pone menos énfasis en los representantes electos. Una mediana mundial del 66% dice que la democracia directa, en la que los ciudadanos, en lugar de los funcionarios elegidos, votan sobre asuntos importantes, sería una buena forma de gobernar. Esta idea es especialmente popular entre los populistas de Europa Occidental”.

    El PRCPP advierte que “en muchos países el escepticismo de la democracia representativa está ligado a opiniones negativas sobre las condiciones económicas. En 19 países, las personas que dicen que sus economías nacionales están en mala forma son menos propensas a creer que la democracia representativa es buena para el país”. En México, el 91% de la población no cree que la democracia representativa sea muy buena.

    “(…) el pesimismo sobre la próxima generación se relaciona con puntos de vista negativos sobre la democracia participativa. En casi la mitad de las naciones encuestadas, quienes piensan que los niños de hoy estarán peor económicamente que sus padres son menos propensos que otros a decir que la democracia participativa es una buena forma de gobierno. Entre los mexicanos que creen que la próxima generación estará en peores condiciones, solo el 52% dice que la democracia participativa es buena para el país. El respaldo al gobierno por parte de los representantes electos está en el 72% entre aquellos que dicen que los niños estarán mejor que sus padres”.

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