Nuestra vida es sencilla. Siempre nos la complicamos. Harto. Nos preocupamos por el día de mañana… y no sabemos si vamos a llegar vivos a ese hipotético día de mañana. Lo anterior es una sentencia griega la cual ya luego usted la ha leído en el Libro de Proverbios de la Biblia, ese libro de libros. Nos complicamos la vida todo el tiempo y como así ha sido y así va a seguir siendo siempre, existen los magos de la superación personal los cuales están graduados en Universidades por lo general de EEUU y éstos tienen como finalidad arrancarle sus billetes, darle terapia y decirle por dónde debe de transitar, cuáles son las mejores palabras e ideas las cuales deben de cocinarse en su mente, cuáles son las mejores acciones (“pensamiento positivo”, vaya usted a saber ahora su significado) a seguir, cómo devolver el brillo a su vida en pareja, cómo recuperar a sus hijos adolescentes pecadores y en fin, un largo etcétera.
Un día cualquiera, al pasar con mis bolsas de mandado de Soriana, las barras de alerta pitaron y me regresé, a lo cual el vigilante sólo me vio, me dijo: “No hay problema, puede irse señor” y luego agregó lo siguiente lo cual se ha quedado grabado y para siempre en mi pálida memoria: “Así es. Así ha sido siempre y así va a seguir siendo.” Caramba, este vigilante si tiene una filosofía e ideas propias y no puedo menos el halagar su claro pensamiento. ¿Buscamos a Dios, un Dios? Pues sí, lo necesitamos. ¿El nos necesita? Lo más probable, no. Por eso el vigilante del supermercado fue claro: así va seguir siendo.
Con nosotros o sin nosotros. ¿Busca usted ser eterno estimado lector? Si usted dice
sí, lo respeto. En mi caso, absolutamente no. Nada más terrible, aburrido y absurdo: ser eternos. Por eso los merolicos del coaching, la superación personal, los líderes y conferencistas de este tipo de “conocimiento”, son especialistas en vender humo, sombra, polvo, nada. Buscamos obsesivamente a Dios por un motivo: tener un asidero tanto aquí en la tierra, como en ese estadio hipotético llamado cielo, paraíso o jardín del Edén.
Buscamos a Dios porque lo necesitamos. Caray, por eso desde tiempos antiguos hay dioses en cada cultura, en cada región o territorio, en cada tribu. Avanzamos: ¿existe el infierno o paraíso? Pues es algo tan temerario afirmarlo, como el decir de la existencia de Dios. Pero esto del paraíso como un Estadio, no como un lugar físico, es lo cual han meditado por siglos los hermanos musulmanes, específicamente los llamados sufíes. Y hace poco di con un libro al respecto, “En el paraíso de los Sufíes” del Dr. Javad Nurbakhsh, para Luis Cárcamo Editor, de Madrid, España. Bello libro ilustrado con pinturas y miniaturas basadas en el Corán de los hermanos musulmanes. Próxima colaboración, entraremos de lleno a reseñar el libro…
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