Un tiradero de obras

    Por Gerardo Hernández González

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    El movimiento por el estado 33 perderá un aliado en el Congreso (Porfirio Muñoz
    Ledo), pero tiene de su lado al presidente Andrés Manuel López Obrador. El
    ejecutivo sumó a las joyas de la Cuarta Transformación el proyecto Agua
    Saludable para La Laguna. «Así como voy a supervisar cada tres meses el Tren
    Maya, el Proyecto del Istmo, el aeropuerto Felipe Ángeles, así voy a estar
    viniendo para que (la obra) no se quede rezagada», dijo ante los gobernadores de
    Coahuila y Durango, Miguel Riquelme y José Rosas Aispuro, el 27 de marzo en
    Torreón.
    La terminación del proyecto está prevista para finales de 2023, «y tenemos que
    aplicarnos para que así suceda. Es una obra magna (…), va a significar abastecer de
    agua a la población de La Laguna hasta (por) 30 o 40 años. Se va a terminar la
    pesadilla (…), la preocupación de (saber) que no se está tomando agua sana (…), se
    llegó incluso a instalar plantas de tratamiento para el arsénico. Eso no sucede en
    otras partes del país y es totalmente inaceptable. (…) Psicológicamente, la gente
    no puede estar tranquila. (…) Esto lo entendió muy bien Eduardo Tricio y los
    productores de La Laguna que ayudan mucho al crecimiento económico del país».
    La asignatura pendiente era que para el desarrollo económico de La Laguna se
    utilizara más agua de lo recomendado, dijo el presidente. Visto así, «Tricio aceptó
    ayudarnos para que los productores aportaran agua (…) para tener ya la
    disponibilidad (…) suficiente para comenzar la obra. Si hacemos la infraestructura,
    los acueductos, las plantas potabilizadoras y no hay agua, queda tirada toda la
    inversión. (…) No es quitarles el agua y que dejen de producir, no; si tecnificamos, si
    se evita el desperdicio, se pueden lograr dos cosas: seguir produciendo y al mismo
    tiempo contribuir para que no le falte agua a la gente de La Laguna. Agua saludable,
    de buena calidad».
    Antes de escuchar a Riquelme pedir solución a otros problemas y la «oportunidad
    de poder exponerlos a su figura», AMLO advirtió que el país y los estados afrontan
    múltiples necesidades. Sin embargo, apuntó, debemos «priorizar y decidir con
    mucha objetividad qué se puede hacer en beneficio del pueblo (…), qué es lo que
    más ayuda y de manera muy profesional decidir sobre los recursos y el tiempo de
    construcción y terminación de las obras». Entonces apuntó hacia su predecesor
    Enrique Peña y sus tecnócratas: «…recibimos muchas obras en proceso,
    inconclusas, estoy hablando de cientos, miles de obras sin terminar: centros de
    salud, hospitales, trenes, carreteras, escuelas, en fin, un tiradero de obras, al grado
    de que algunas (…) ya ni conviene reiniciarlas porque es como tirar dinero bueno al
    malo».
    Citó casos de hospitales asentados en barrancas. «Se fracturaron los cimientos, se
    destruyó la obra negra. ¿Ya para qué continuar…?». Una de las inversiones
    inconclusas en Coahuila era el Hospital General de Zona número 92 del IMSS en
    Ciudad Acuña, inaugurado el 20 de octubre pasado por el presidente y el director
    de la institución, Zoé Robledo. Otro proyecto en el limbo es el Metrobus Laguna,
    cuyo deterioro por falta de uso y mantenimiento es constante. Antes de finalizar su
    gobierno, Rubén Moreira inauguró los hospitales Oncológico y Materno Infantil en
    Saltillo, sin estar terminados. Los muertos se los cargó a Miguel Riquelme.
    El proyecto Agua Saludable para La Laguna costará ocho mil millones de
    pesos, la mayor inversión federal de que se tenga registro. López Obrador
    supervisará la obra cada tres meses, para evitar retrasos y entregarla a
    finales de 2023. La siguiente visita, para ese propósito, sería a finales de
    junio. Entonces ya se habrán elegido 500 diputados, 15 gobernadores y en
    Coahuila 38 ayuntamientos.
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