¿Quo Vadis?

    Por Marcos Durán Flores

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    Quo Vadis, que en latín significa ¿A dónde vas?, es una expresión utilizada para preguntarse el rumbo que se está siguiendo. El término proviene de las palabras que Simón Pedro dijo a Jesús al encontrarlo camino a Roma. El primer obispo de la iglesia,  huía de la ciudad en llamas y de la persecución a los primeros cristianos a causa de las obsesiones del emperador Nerón.

    Hoy México enfrenta su propio Quo Vadis. Hoy deberíamos hacernos la pregunta de hacia dónde va el país que hace algunos años llegó a ser la novena economía del mundo. Los índices de pobreza más que miedo nos avergüenza; récords históricos se baten en cada medición. De acuerdo con su más reciente estudio, hay 9.8 millones de nuevos pobres con 70.9 millones de pobres por ingreso, el 56.7 % de la población.

    ¿Hacia dónde va nuestro País que no logra generar los empleos que requiere? Hoy somos una nación en donde desde finales del año 2000 se han generado apenas 7 millones y medio de empleos cuando necesitábamos crear más de 20 millones. Tenemos un déficit de 13 millones de empleos y el 56.7 % de la población, es decir, 14 millones de mexicanos están trabajando en la economía informal.

    ¿A dónde va México que en 10 años perdió 27 lugares en el Índice de Competitividad Global al pasar del sitio 42 al 69? Hace unos días, se dio a conocer que, en telecomunicaciones y tecnologías de la información, nos encontramos por debajo de otras naciones de Latinoamérica con economías menos desarrolladas. La información proviene del Índice de Conectividad 2020 nos ubica en la posición 53 superado en la región por naciones como Chile y Uruguay. Tenemos a uno de los hombres más ricos del mundo que ha basado su fortuna en las telecomunicaciones, pero un país como Kazajistán es más competitivo que nosotros en este segmento.

    ¿Cuál será el rumbo de México que hoy enfrenta los embates del crimen organizado que ha ocasionado un baño de sangre que ronda el medio millón de muertes y miles de desaparecidos? Ni Fox, Calderón, Peña Nieto o López Obrador pudieron con esto.

    Hoy y luego de más de una década, seguimos discutiendo la despenalización en el consumo de la marihuana, mientras que Estados Unidos nos sigue aplicando su Ley Volstead que probó su inutilidad y ellos mismos terminaron por derogar pues cuando se aplicó el consumo de alcohol y la violencia se disparó.

    Y es que hoy ha quedado comprobado que la violencia solo genera más violencia, pero empeñados en combatir las causas y no los efectos siguieron persiguiendo delincuentes en un cuento de nunca acabar. Modificar la estrategia de combate al crimen no implica desistir de los propósitos fundamentales a los que todos aspiramos: Comunidades seguras en donde se pueda transitar con libertad y en donde se aplique la ley.

    ¿Hacia dónde va México que en educación que debería ser nuestra principal preocupación las cosas simplemente no avanzan? Y es que, según la OCDE, México es uno de los países del mundo con peores resultados en pruebas de lectura y de matemáticas. Tenemos el más pobre desempeño entre los países miembros. A eso sumemos a los Ninis, que hoy parecen importar a muy pocos y suman millones. Jóvenes que no reciben educación y no forman parte de la fuerza laboral. Fantasmas que caminan sin rumbo y de pronto a nuestra sociedad que los desplaza.

    Mezclemos todo esto al polvorín de diferencias sociales que sufre México, lugar en donde la discriminación social y racial, la intolerancia y las divergencias políticas y religiosas abonan para encender las divisiones entre los mexicanos. Nuestro país reúne todo para ser una nación fuerte, independiente, autosuficiente, desarrollada, solidaria. Tenemos la oportunidad, la esperanza y la voluntad de que unidos podemos hacerlo mejor. Que quede claro: Es verdad que no estábamos bien con los gobiernos de derecha, luego con los de centro y tampoco lo estamos ahora con los que se dicen progresistas.

    Perseguidos por orden de Nerón, los primeros cristianos huyen de Roma. Simón Pedro sobre quién Jesús edificaría su iglesia, se escabulle de una ciudad envuelta en fuego. En su huida, encuentra a Jesús Cristo caminando por la Via Appia y le pregunta: ¿Quo Vadis Domine?. El príncipe de paz le responde: “A Roma a ser crucificado por segunda vez porque mis propios discípulos me abandonaron”.

     @marcosduranf

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