Aquí Laguna

    Por Olga Quirarte Ramírez

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    ¡El estilo, es el hombre! Dicen y vaya que en el caso del alcalde de Torreón Jorge Zermeño Infante esto se aplica cabalmente. Su estilo personal de gobernar, que en otros tiempos, 20 años atrás, le diera espléndidos resultados y que hoy en día, en los nuevos escenarios que plantean al país y al mundo, las nuevas tecnologías, entre estas mayormente las de la comunicación, no solo la simple y llana comunicación, sino la comunicación política que debe ser el signo que se le han venido esfumado en el día a día, sobre todo ante audiencias que ya no son suyas, pues son parte del relevo generacional a la que ya no pertenece, de ahí que sea ya notable la deficiencia que exhibe, se advierte, en los contenidos de las respuestas que da públicamente a preguntas muy concretas de su gestión, en especial con las que tienen que ver con el espinoso y siempre complejo tema de la seguridad pública.

    Ahora resulta, según dijo esta mañana, que la elevación de los índices de homicidios dolosos que se registran en Torreón y que a lo largo de este año, van a la alza, su persona, su administración nada tienen que ver, dice él, ya que solo y por ley solo le corresponde en materia de seguridad pública, la tarea preventiva, lo cual en sentido estricto es cierto, pero resulta que los crímenes que empieza a evidenciar signos de singular descomposición delictiva, de esa que sembró el terror en Torreón hace unos cuantos años y que tantas vidas, recursos y esfuerzos de la autoridad y la sociedad toda lograron contener apenas, reaparecen, no es dice, su responsabilidad. ¿Qué les parece? Dice que de ello debe preguntarse a la Fiscalía.

    Y nada, pues los caídos, los muertos, los aterrorizados, vivían y viven en Torreón, territorio que dice gobierna, y por ello mismo, es de su estricta responsabilidad -sino legal, si moral y política-, garantizar , no solo prevenir -pues no basta, la estadística así lo demuestra-, la seguridad e integridad física de sus gobernados.
    ¡Ah! Y también se duele de que las encuestas hechas quien sabe por quien, y con que objeto, y que lo designan en algún lugar como gobernante fiable, “no se han difundido en ningún Medio de Comunicación local o regional”. Ah que Don Jorge, padece de tal omisión porque quiere, le basta y sobra con ordenar a Don Antonio Zamarrón, el mirlo blanco de la comunicación oficial, se baje del olimpo donde habita y se ponga a difundir tan buenas nuevas, por los canales tradicionales, es decir, por insercción pagada o bajo convenio, según se estila. Es decir, que la propaganda se le dé su debido uso.

    Pero pasando a otros temas, este día se llegó al primer Centenario de la emboscada y asesinato de Emiliano Zapata, el “Caudillo del Sur” hechos ocurridos en la entonces Hacienda de Chinameca y fecha que en Torreón, nos pasó de noche, sin acto, ni tan solo de orden escolar alguno. ¿Será porque Zapata como héroe de la Revolución mantuvo y mantiene sus querencias, su leyenda en la zona centro del país?, en donde encarnó, simbólicamnte en su figura y obra, la lucha por la tierra, lucha que finalmente no fue ajeno el norte, que fincó casi 20 años después de la muerte de este icono agrario sus querencias, en torno a la figura del Presidente Lázaro Cárdenas.

    En la Laguna, es Villa, Pancho Villa, quien con su recuerdo, escritos sus hechos en la historia de la Revolución y contada en su leyenda, que se repite cual ecos en la memoria de muchos, pero muchos laguneros, la presencia y actuación del inolvidable personaje, que esta mañana, de nueva cuenta se hizo presente, cuando un grupo de conservadores de la historia, encabezados por el contador Publico Fernando Garza Rodríguez culminó su objetivo de hacer colocar un busto en la rotonda ubicada sobre la calle González Ortega, a la altura de la Avenida Morelos, sitio, donde se señala, nacieron para la historia los famosos “Dorados de Villa”, esfuerzo que debió, vuélvase a decir, tener mayor cuidado, pues se omitió invitar, hacer presente a mas población, en especial a los integrantes de la nueva generación, es decir, niños que cursan educación primaria y secundaria, y no solo como fue el caso, de un puñado de escolapios, integrantes de la Banda de Música del Colegio América que amenizaron con su actuación este acto. Además, de señalarse la falta de instinto, mostrado con el no haber invitado a los miembros del Cabildo, bueno, siquiera a los integrantes de la bancada panista acuerpando a su solitario alcalde.

    Y en tanto, esta misma mañana y desde el Mirador del Santuario del Cristo de las Noas, se realizó la reunión de información sobre la realización del Via Crucis sobre la empinada cresta del cerro que le da su nombre. Resulta que en este encuentro entre funcionarios del área de Protección Civil, de las policías locales y estatales, así como del sacerdote Escamilla, se hizo presente el alcalde Zermeño Infante, pero la sorpresa la constituyó Fray Román Alberto Cepeda, Secretario del Trabajo en Coahuila y con la representación del Gobernador Miguel Angel Riquelme Solis. Llamó la atención en este encuentro, la figura y participación del Obispo de la Diócesis de Torreón, que se ha retirado desde hace meses de escenario alguno en el que comparta espacio con alguna autoridad, sea esta del ámbito que sea.

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