“Le rechacé 50 mdd a ‘El Chapo’ para dejarlo libre”

El policía federal que detuvo a Joaquín "El Chapo" Guzmán contó cómo fue el momento de su detención, las ofertas que le hizo y que él rechazó

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En 2016, un policía de Sinaloa detuvo a Joaquín “El Chapo” Guzmán, sin buscarlo, y no aceptando los sobornos que éste le ofrecía.

El día de su captura, el oficial cubría el turno nocturno, en la zona sur de Los Mochis: sus labores cotidianas eran realizar recorridos, levantar infracciones y estar al pendiente de algún delito que pudiera surgir.

Alrededor de las tres de la mañana, comenzaron a escuchar el sonido de helicópteros, lo cual era poco común en la ciudad. Creyó que sólo era un operativo militar más.

Acompañándolo se encontraba otro policía federal y en otra patrulla también circulaba el Responsable de Turno (RT). Otros policías federales cubrían la zona norte de la ciudad.

De repente, se escucharon disparos. El radio operador les confirmó que se trataba de un operativo de la Marina y que tenían que estar pendientes. Eran alrededor de las seis de la mañana y su turno estaba por terminar.

Momentos después los disparos y el sonido del helicóptero cesaron.

Por la radio recibieron un reporte de robo de vehículo y minutos después observaron el Focus rojos que había sido reportado.

Al extrañarse por lo que escuchó, se acercó al lugar del copiloto y abrió la puerta. “Ah, canijo, es El Chapo”, fue lo que pensó.

Joaquín Guzmán le djio  “traigo al patrón, échenme la mano”, y el oficial sólo se limitó a bajarlo, desarmarlo, esposarlo y meterlo dentro de su patrulla.El oficial cerró la puerta y al ver que el RT aún conversaba con “El Cholo” le pidió que lo esposara. “Es El Cholo y acá traigo a “El Chapo” le gritó.

Pero los policías no tenían en mente ir “a un lugar en donde me esperaba una muerte segura”. Y siguió su ruta propia hacia una guarnición militar, pues consideró que regresar a la ciudad era riesgoso.

A la distancia observó unas camionetas y, al sentirse amenazado, cambió de idea y se detuvo en el hotel donde habían comido momentos antes.

Una vez ahí notificaron a compañeros como mandos y al Jefe de Estación que había detenido a El Chapo.

En un momento donde se encontró a solas con el capo, éste le ofreció dinero.

-Le ofrezco dos o tres empresas de aquí de Sinaloa; es más, le dejo 50 millones de dólares, para que no vuelva a trabajar nunca en su vida.

-Ahorita vemos, ahorita platicamos de eso.

-Comandante, no se vale. Tanto huir y tanto dinero para que usted venga y me entregue. No se vale.

– También entiéndame, estoy haciendo mi trabajo. Nadie me dijo que ahí venía usted. Yo soy policía y estoy haciendo mi trabajo. No vaya a creer que alguien me avisó.

– No ya sé. Ese fue un atorón bien.

Momentos después llegó un helicóptero de Marina y elementos Sedena. Y se llevaron al narcotraficante.

El oficial no quería esa vida: “Cincuenta millones de dólares que en mi vida me voy a gastar, pero así me voy a ver, huyendo”. Para él, dijo, no había nada más que hacer que detenerlo, esposarlo y llevárselo.

Con información de La Silla Rota

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