Crisis humanitaria

    Por Gerardo Hernández González

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    El éxodo centroamericano confronta a México con su propio drama de pobreza, horror y muerte. Millones de compatriotas se adelantaron varias décadas a quienes hoy pretenden cruzar la frontera del país todavía más poderoso del planeta. Espacio 4 publica un texto de Gerardo Moyano sobre el tema.

    »Se cansaron de los robos, los secuestros, las extorsiones y las violaciones que sufrían a manos de criminales, policías y agentes migratorios en México. Entonces, decidieron marchar juntos y ser visibles para el mundo. Lo lograron. Las caravanas de migrantes que están ingresando al país por la frontera sur reflejan la gravedad de la crisis humanitaria que atraviesa la región y exhibe la calidad moral de sus gobernantes.

    »El presidente electo Andrés Manuel López Obrador interviene para exigir que sean tratados con respeto y anuncia que habrá visas de trabajo para quienes la soliciten. Pero es Enrique Peña Nieto quien parece dispuesto a hacerle un último gran favor a su par estadunidense Donald Trump, para tratar de impedir lo inevitable: que los migrantes lleguen a Estados Unidos.

    »Allá los esperan 5 mil 200 soldados que Trump desplegó en la frontera para apoyar a la Patrulla Fronteriza –más que los desplegados en Siria–, quienes ya están instalando las ciudades carpa, donde los centroamericanos serán detenidos a la espera de ser deportados. “Esto hará que desistan de seguir viniendo”, dice Trump a la cadena Fox.

    »El Mandatario quiere que quedan claras sus amenazas. “Muchos pandilleros y algunas personas muy malas se mezclan en la caravana que se dirige a nuestra frontera sur. Por favor, regresen, no serán admitidos en Estados Unidos, a menos que pasen por el proceso legal. ¡Esta es una invasión de nuestro país y nuestro Ejército los está esperando!”, dijo en su cuenta de Twitter. No sólo el Ejército oficial los espera, sino civiles armados que ya se están apostando en la frontera, los temidos minutemen.

    »El asunto no sólo es de seguridad nacional, sino electoral. “La decisión del Presidente (Trump) de desplegar al Ejército, cuando hay personal migratorio civil capaz de hacer el trabajo, es una táctica cínica para fabricar una emergencia ante las elecciones (legislativas, del 6 de noviembre)”, advierte la organización Human Rights First, en un comunicado. El mismo discurso de criminalización se escucha al sur del río Bravo, donde al menos tres migrantes han muerto desde el 20 de octubre; uno de ellos, de un balazo en la cabeza que la policía mexicana niega haber disparado.

    »Bajo el argumento de que hay criminales infiltrados en la caravana, la Secretaría de Gobernación (Segob) justifica la represión, los arrestos y hasta el uso de helicópteros de la Policía Federal para tratar de disuadir a las familias que cruzan el río Suchiate, que separa Guatemala de México. La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ya inició un procedimiento de queja, porque los oleajes causados por el helicóptero han puesto en peligro la vida de niños y adultos.

    »Mientras tanto, la primera caravana avanza a paso lento, pero firme, por el interior del país. La intención es llegar a la Ciudad de México como un movimiento “fuerte”, con una “Comisión del éxodo”, que representará a los entre 5 y 7 mil migrantes de Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua que aspiran a obtener una visa humanitaria, ya sea en México o en Estados Unidos. (Versión completa en http:/www.espacio4.com/)

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