Sucesión adelantada

    Por Gerardo Hernández González

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    El PAN retrocedió varios sexenios y el PRI lo perdió todo: la presidencia, la mayoría simple en el Congreso general y las nueve gubernaturas en juego el 1 de julio. En la entrevista con “Espacio 4” (595), Guillermo Anaya centra el proceso en Coahuila. Aquí, advierte, hubo dos tipos de elección: a) en la federal, el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador le permitió a Morena arrasar a los partidos tradicionales; y b) en la local, Miguel Riquelme perdió aún más poder y se le confinó a Saltillo. El PAN y Morena serán mayoría en las otras regiones del estado, como ya lo son en el Congreso, apunta.

    En esa circunstancia, Riquelme ya tiene candidato para la sucesión de 2023: el alcalde capitalino Manolo Jiménez, anticipa el panista. “Como gobernador de Saltillo que será a partir de enero, no tiene otra opción. Riquelme y el PRI fueron derrotados en redondo. En La Laguna perdieron Torreón, San Pedro, Matamoros y Francisco I. Madero, y en el resto de las regiones casi desaparecen. Ganamos Monclova, Cuatro Ciénegas, Sabinas, San Juan de Sabinas y Acuña con la UDC. Morena los venció en Piedras Negras donde nunca había habido alternancia”.

    Con dos derrotas consecutivas a cuestas, Anaya dice que la elección de julio fue extensión de la del año pasado cuando el PAN quedó a menos de tres puntos de la gubernatura. “El repudio hacia la marca Moreira crece como la deuda y arrastra a Riquelme. La peor herencia es el moreirazo”. Coahuila ha pagado más de 23 mil millones de pesos y los pasivos se mantienen en 37 mil millones. La reestructuración, si se logra, no resolverá nada, asegura el exsecretario general del PAN.

    Otro problema serán los coordinadores de AMLO en los estados. La nueva estructura federal está diseñada para vigilar a los gobernadores, atarles las manos y neutralizar territorialmente al PRI, al PAN y al PRD. Reyes Flores Hurtado, exlíder del comité estatal de Acción Nacional, será los ojos y oídos de López Obrador en Coahuila. Político combativo, el representante presidencial forma parte de las legiones de agraviados y perseguidos del moreirato. Y por si no bastara, el senador Armando Guadiana Tijerina, acusado por los Moreira de tener nexos con la delincuencia organizada, ejercerá presión desde el Senado.

    “Riquelme ganó por Saltillo, y ahora tendrá que soportarlo. La capital es el último reducto del PRI. No tiene más. Manolo Jiménez es el alfil para la gubernatura. Antes lo fueron, con la misma anticipación, los Moreira y Riquelme, sin embargo, las circunstancias ahora son distintas”, dice Anaya. La apreciación del excandidato al gobierno concuerda con la expresada en este espacio, según la cual el resultado de las elecciones de julio y la concentración de poder en los coordinadores federales debilita al gobernador y acelera la sucesión, sin un candidato todavía definido por parte de Morena, tercera fuerza política a escala municipal en el estado; el PAN es la primera.

    López Obrador ganó la presidencia con 30.1 millones de votos, de los cuales Coahuila contribuyó con 609 mil (alrededor del dos por ciento). José Antonio Meade obtuvo 358 mil y Ricardo Anaya 307 mil. Con esos números, Morena es desde ahora el favorito para las elecciones de gobernador de 2023. Guillermo Anaya no piensa así, pero no importa. Hoy el PAN y el PRI están en la lona.

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