AMLO: el hombre 2/2

    Por Jesús R. Cedillo

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    Sigue la luna de miel con el hombre más poderoso de México: Andrés Manuel López Obrador. Lo caudillo y mesiánico nunca se le va a quitar. Ahora menos al tener tanto y tanto poder. Aún no gobierna y tampoco pone en práctica una gran acción de gobierno y se cree un conquistador. Sus tres promesas fundamentales siguen siendo letra muerta y peco de aguafiestas, así van a seguir por seis años de su gobierno. No es cosa de un hombre, él, él hombre, quien con su poder omnímodo, va irradiar honestidad y trabajo lo mismo en Tapachula, Chiapas, que en Bahía San Carlos, Sonora. Ambas poblaciones con uso horario de otro mundo y con una cultura totalmente diferente a la del centro del país. Lugares exóticos ambos, los cuales conozco y aquí y no en otro lugar, se siente ese otro México el cual no encaja en ningún lado.

    Sus tres principales ejes son ríspidos y no va a ser tan fácil que cambien de hoy a mañana: la violencia extrema en el país, la corrupción que en el sexenio de Peña Nieto se fue a las nubes y la cual al final de cuentas lo hizo perder, a él y al PRI; y el principal problema de todos: la maldita pobreza, la desigualdad que a todos nos lastima y hiere. ¿Cómo va a combatir lo anterior, con qué hombres, con qué equipo de hombres puros y dignos y honrados y ejemplares va a cambiar en poco tiempo, como fue su promesa, el anterior estado de cosas?

    Sucede aquello que les tatuó en la piel a los panistas, ese viejo sabio el cual con el tiempo se agiganta, don Daniel Cosío Villegas. Cuando abordó al PAN de confesionario, escribió: “(Acción Nacional) no cuenta ahora ni con principios ni con hombres y, en consecuencia, no podría improvisar ni los unos ni los otros. En sus ya largos años de vida, su escasa e intermitente actividad  se ha gastado en una labor de denuncia; pero poco o nada ha dicho sobre cómo organizarías las instituciones del país.” Las cosas han cambiado desde los años de este texto (1946). Bueno, poco ha cambiado: dos Presidentes panistas (Vicente Fox y Felipe Calderón) dinamitaron al partido de Gómez Morín. Hoy gobiernan en 12 Estados (si les dejan gobernar Puebla, donde en una herencia dinástica en el poder, el ex Gobernador Rafael Moreno Valle, dejó en su lugar a su esposa, Martha Erika Alonso, la cual ganó muy raspada en la urna, pero ganó. Ojo, es el PAN, no el PRI).

    Llega entonces Morena al poder y en cuatro años, no hay ni tienen principios ni ideología ni hombres capaces egresados de sus filas. ¿Qué hacer? Pues a improvisar funcionarios, como bien lo dijo don Daniel Cosío Villegas con respecto del PAN. ¿Ejemplos? Ya me acabé el espacio pero volveré al tema. Van sólo algunos y a vuela pluma: Armando Santana Guadiana Tijerina, Senador por Coahuila, era priista, luego fue “independiente” (lo que eso signifique) hoy es morenista y pejista. Su esposa, Lupita Mandujano, compitió por una diputación local por… el PAN. ¿Ideología? Es algo exótico y ni saben lo qué es. Tal vez en Irlanda, no aquí. Su suplente como Senador, el abogado rebelde, Reyes Flores Hurtado, era panista y hoy es el flamante Virrey en Coahuila con todo el poder concentrado en un solo hombre. ¿Doble moral? No señores, aquí ya llevamos tres o cuatro “morales”: priismo, panismo, independentismo, capitalismo…

    Otros miembros prominentes y ganadores de la nueva ola morenista que ciega a México, son el actor Sergio Meyer, la cantante Susana Harp, la locutora Lily Téllez, el priista Alfonso Durazo (ex Secretario particular de Luis Donaldo Colosio), el ex boxeador Erick “El terrible” Morales, el ex priista Esteban Moctezuma, la panista Gabriela Cuevas, el ultrapanista Germán Martínez Cázares, el corrupto Napoleón Gómez Urrutia, el empresario Lino Korrodi; el ahora flamante Gobernador de Morelos, el ex futbolista Cuauhtémoc Blanco, y la cereza del pastel: Manuel Barttlet…

    ¿Usted de verdad cree que cambien las cosas? Hoy todo mundo es tapete del crucificado de Tabasco. Regresaré al tema.

     

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