El libro de libros

    Por Marcos Durán Flores

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    John Pierpont Morgan, el fundador de un enorme imperio financiero norteamericano y cuyas acciones salvaron a su país de la gran depresión económica de finales del Siglo 19, guardaba con gran celo sus riquezas personales. Para proteger y preservar estos tesoros, J.P. Morganordenó construir una caja fuerte de acero impenetrable con las dimensiones de una recamara. Dentro, guardaba sus más preciadas posesiones: Obras de arte, antiguos manuscritos, la partitura original de la sinfonía No. 35 de Mozart y tres ejemplares del primer libro impreso de la historia: la Biblia de Gutenberg, el alemán que montó la primera imprenta, una innovación que cambió el curso de la humanidad. Se cree que fue un 30 de septiembre de 1455 cuando terminó de imprimir 200 ejemplares.

    Elogiada, maldecida, restringida, prohibida, profanada y quemada, la Biblia es el libro más importante jamás escrito, testigo ocular de los acontecimientos históricos que han dado forma al mundo en que vivimos y que sin ella, sería completamente distinto. Escrita en un periodo de unos  mil 500 años, la Biblia fue completada hace unos 2 mil años y traducida de sus idiomas originales —Hebreo y griego— a todos los hoy existentes.

    Por este libro se odia y se ama al mismo tiempo. Sobre sus páginas muchos gobernantes han jurado, mientras que otros han tratado de eliminarla. Todos fracasaron. La Biblia es un libro tan controvertido que por su causa se han librado cientos de guerras, depuesto reyes, grandes Imperios surgieron o sucumbieron y con ellos, millones de personas han muerto y sufrido torturas inimaginables o perdido su libertad defendiéndola o combatiéndola.

    No es exagerado decir que en la Biblia se registran algunos de los hechos más importantes de la historia: La liberación del pueblo judío, el poder de Roma y el nacimiento de Jesús. Pero es también por el poder de este libro, que la Evangelización avanzó en Europa y América, el poder del Vaticano se imponía en el mundo y se lanzaron persecuciones y matanzas religiosas. Todo está ahí y ha sido a causa de cómo los humanos la han interpretado.

    Se trata pues, de una pieza sorprendente y notable de la literatura universal que por sí misma ha inspirado a la creación de una gran cantidad de obras de arte disponible en los mejores museos y colecciones del mundo.

    Pero lo más importante del libro de libros es su mensaje: “La Palabra de Dios”. Una afirmación audaz pues la obra fue escrita por humanos. El libro relata la vida de Jesús de Nazaret, también llamado el “Cristo” (es decir “Ungido”). Los 39 libros del Antiguo Testamento apuntan a su venida, y los veintisiete textos del Nuevo Testamento dan testimonio de su vida, enseñanzas y acciones.

    El impacto de Jesús fue tal, que incluso la medición del tiempo actual ha dividido en dos épocas (BC “Antes de Cristo” y AD “Anno Domini” para “Año del Señor”). Cada año, más de mil millones de personas celebran su nacimiento, muerte y resurrección corporal. Jesús es el único líder religioso del que se afirma resucitó de entre los muertos. Todos los demás están muertos y enterrados.

    Abraham murió al igual que Moisés, Mahoma y Buda.  Pero como en toda gran historia, existen dos versiones. Y es que los detractores de la Biblia aseguran que se trata del más grande fraude jamás perpetrado sobre la humanidad y que creer en ella, sería la negación absoluta a la razón.

    Habría que aceptar que el conocimiento científico actual, hace imposible algunos de sus capítulos como son el origen del universo y la tierra, la aparición del hombre y la resurrección de Jesús. En lo personal, creo que a la Biblia habría que darle un sentido poético y entenderla más como una gran pieza de literatura inspiradora, que como un dogma de fe.

    Pero ese juicio corresponde a las personas que al final deciden si creer o no. Son ellos quienes aceptan si Dios es en verdad o no el juez, ante quien se dará cuenta al final de sus días. Lo que sí es verdad, es que la Biblia es el primer libro impreso de la historia y solo por eso habría que leerla y celebrarla.

    Y no lo sabemos, quizás uno de estos días a alguien con mucha imaginación se le ocurra fundar una religión basada en los valores, dichos y hechos que en la Biblia se escribieron acerca de Dios y de Jesús.

    @marcosduranf

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