La Ley del revólver

    Por Jesús R. Cedillo

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    En la tercer semana de abril en este generoso espacio, publiqué una columna titulada “Siguen feminicidios y muerte.” (Frontera Norte No.16) En ese texto, advertía de un flagelo, un mal terrible en el cual pocos ponían sus ojos. La enfermedad fue creciendo con el paso de los días y hoy, ha tocado a Coahuila. El dolor es brutal. También el miedo. Voy a transcribir partes medulares de aquel texto que hoy, se ha cumplido cabal a la letra. Desgraciadamente. Para dolor de todos y desgracia no sólo de Coahuila, sino de México, un país ya asolado por la violencia extrema y la se vicia de la cual hay que escribir una y otra vez, hasta que encontremos sus resortes más negros y ocultos. Atentos lectores que hacen favor de leerme en las diversas plataformas a las cuales tengo acceso y donde editan mis textos (medios de Saltillo, Zacatecas, Monterrey), me han mandado mensajes y comentarios al respecto. Es decir, recordaron de mi advertencia y el encender en ese momento los focos rojos ante sangriento tema que ya se avizoraba en el arratonado espacio político local. Gracias por leerme. Insisto, yo lo veía claro. Desgraciadamente se ha cumplido.

    Los fragmentos de aquella columna de abril, son los siguientes: “Todo está puesto con hilos. Nuestra democracia y “seguridad”, si la temperatura sube a poco más de 33 grados, como una barra de chocolate, puede derretirse en poco tiempo. La solidez de dicho chocolate macizo es la misma de nuestras instituciones de justicia, tribunales, institutos de transparencia, electorales o cualesquiera que usted nombre de este país. Deje a las instituciones al sol unos minutos y como el chocolate, se van a derretir. No se diga la procuración de la seguridad y justicia. En México, todo son discursos y ocurrencias. Hartas ocurrencias. Quitar el IVA en la frontera norte de México, dinamizar la economía mexicana (lo que eso signifique), endurecer las penas a los políticos corruptos (ajá) y un largo etcétera.”

    “Lo verdaderamente cierto y rudo de todo esto, es lo que está a pasando a ojos de todo mundo y nadie dice nada. Menos claro, los candidatos en campaña. Lo siguiente es lo que preocupa e importa. Lo siguiente eriza la piel y el esqueleto de tanta violencia y sevicia. Lea por favor. Luis Almagro, Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha denunciado que “Va un promedio de un asesinato de un candidato cada cuatro o cinco días (en esta elección), es un margen de violencia absolutamente inaceptable en un proceso electoral.” Desde el 8 de septiembre de 2017, cuando inició oficialmente la fecha del proceso electoral y hasta el 8 de abril como corte preliminar, ha habido 173 agresiones directas a políticos y al menos… 78 asesinatos (Datos de la Consultora Etellekt). El  penúltimo, con una saña emparentada con las bestias, no humano.”

    Esas fueron mis palabras para alertar de esa sevicia en contra de candidatos y militantes de partidos políticos. Hoy, usted lo sabe, la ley del revólver llegó de cuajo a Coahuila (nunca se ha ido, nunca se fue del todo) y en un solo día, viernes 8 de junio, se robó de nuevo la inocencia de todos los coahuilenses que pensaban que esto ya era cosa del pasado o de otros Estados. No más. En Piedras Negras, Coahuila, fue asesinado de un tiro el candidato a diputado federal del PRI y ex Alcalde de aquella ciudad, Fernando Puròn. El asesinato fue a ojos vistos de todo mundo. Justo cuando éste salía de las instalaciones de la UA de C, donde se había celebrado un debate entre candidatos. Su esposa, momentos antes, se había subido a un vehículo. Le dispararon al candidato en la nuca. El tirador llegó, apuntó y se fue. El dolor es infinito, deja a su mujer y a su pequeña hija, María Constanza.

    Ese mismo día en Torreón, donde la vida no vale nada, abrieron fuego en contra de Carlos Centeno, director de la Facultad de Derecho de la UA de C en Torreón, mataron a su escolta. El ex delegado de la Fiscalía está grave al momento de redactar estas atropelladas líneas. Al día de hoy, van 384 agresiones contra políticos y militantes en este proceso electoral. Van 111 muertos. En México, caen abatidos gente de todo tipo, esto es un panteón: caen periodistas, candidatos, militantes, policías, defensores del medio ambiente, militares… México tiene un problema, un serio problema. De tantos muertos, se olvidan pronto sus nombres. Aquí, se olvida rápidamente a los muertos… Señor lector, a mantenernos vivos.

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