Conoce las 11 ciudades sedes en el Mundial de Rusia

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Mañana, a las 5 de la tarde, comienza en el Luzhniki Stadium de Moscú uno de los grandes espectáculos deportivos del mundo, el Campeonato Mundial de Fútbol 2018, en el que durante un mes las mejores selecciones del planeta se enfrentarán para dirimir cuál de todas ellas es la mejor.

Te guste o no el fútbol, te desplaces hasta allí para animar a la selección, queremos aprovechar la ocasión para viajar hasta Rusia y conocer las once ciudades sedes del evento, descubrir cuáles son sus principales atractivos e ir preparando ¿quién sabe? tus futuros viajes. Bienvenido al país más grande del mundo.

Ekaterimburgo

GETTY IMAGES

Kaliningrado

La vieja Königsberg que fundaran los reyes teutónicos en el siglo XII mantuvo su nombre hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando la dominación soviética lo rebautizó con su nombre actual. Situado entre Lituania y Polonia, su principal atractivo es su catedral del siglo XIV, que ha sido recientemente restaurada tras permanecer décadas incendiada tras la contienda. No dejes de dar un paseo por la ribera de Piotr el Grande, con sus mecanismos industriales y sus puentes, y sus preciosos parques, como el parque Yunost (lleno de atracciones para los peques) o el Kalina, con un divertido y extraño monumento al barón Munchausen, donde tienes que hacerte una foto. Tampoco puedes marcharte de Kaliningrado sin un recuerdo dé ámbar; junto a sus costas se extienden los mayores yacimientos del mundo.

Kazán

Esta ciudad milenaria, una de las más antiguas de Rusia, puede contar alguna de las historias más intensas del país, por ejemplo cuando superó el asedio de Iván el Terrible en el siglo XVI. Pero al igual que presume de su antigüedad, también alberga ¡30 universidades! y una de las comunidades de estudiantes más importantes del país, con 180.000 jóvenes alegrando sus calles y dotando a la ciudad de una energía y de un cosmopolitismo sin igual. Debes comenzar tu visita a esta localidad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por el Kremlin con su mezquita Kul Sharif (en la imagen), símbolo de la ciudad, residencia del presidente de Tatarstán, erigida en el siglo XVI, y proseguir por la Catedral de San Pedro y San Pablo, un buen ejemplo de arquitectura barroca del siglo XVIII.

Moscú

La capital de Rusia es también una de las ciudades más importantes políticas y económicas del mundo, con sus más de 12 millones de habitantes. Fascinante, vibrante, dinámica, ha renacido para el turismo con muchas propuestas: cultura, ‘shopping’, gastronomía, teatros… Dicen que es uno de los destinos que hay que visitar al menos una vez en la vida, y quizás este Mundial sea el momento perfecto para acercarse hasta Moscú y visitar algunos de sus grandes tesoros, como el teatro del Bolshoi, el Museo Pushkin de Bellas Artes o la Galería Tretyakov. Pon en tu agenda de viaje todos los dos puntos que han sido nombrados Patrimonio Mundial de la Humanidad –el Kremlin y la Plaza Roja– y no termines tu viaje sin visitar la preciosa basílica de San Basilio. Recorre la ciudad en su maravilloso metro, una joya de 1935 apodada “el palacio subterráneo”. Merece el sobrenombre.

Nizhni Nóvgorod

Esta localidad, que ha desarrollado toda su actividad industrial y vital de cara al Volga es, con sus 1,2 millones de habitantes, una de las más hermosas ciudades del país y cada año celebra importantes ferias comerciales. Su vitalidad no le impide presumir de una gran tradición que se deja ver en algunos monumentos, como su impresionante Kremlin, con un muro de ladrillos de dos kilómetros y 13 torres de vigilancia, o la catedral de Alexander Nevski, del siglo XIX, un templo de color amarillo brillante y cinco cúpulas. Haz el esfuerzo de subir los más de 560 peldaños de la escalera Chkalovskaya, construida en 1943 para celebrar la victoria de la batalla de Stalingrado y pasea por la ribera Fédorovsky hasta el monumento al escritor Maxim Gorki. Hazte un ‘selfie’ ante la fachada del precioso Gosbank (Banco Estatal), construido en 1913 por el arquitecto de la corte imperial, Vladimir Pokrovski, al estilo del antiguo teatro ruso por el 300 aniversario de la casa Romanov.

Rostov del Don

Tierra primero de escitas, acogieron después durante muchos años a los cosacos, un pueblo amante de la libertad que inculcó su cultura al millón de habitantes que vive ahora en Rostov del Don, una ciudad joven, fresca, romántica y también inusual, porque su cercanía al río Don ofrece al destino preciosas playas serenas y pintorescas y una magnífica gastronomía con ricos platos de pescado y marisco, sobre todo cangrejos de río. La ribera izquierda del río es, con la salvedad de que no hay tantos neones ni rascacielos, una pequeña Las Vegas con sus locales, sus clubes, sus tiendas y hoteles; vale la pena un paseo por allí como también lo vale darse una vuelta por la calle Pushkinskaya – llena de esferas con frases sobre la vida de Aleksandr Pushkin– y por la calle Bolshaya Sadovaya, donde se concentran todos los negocios y la vida cultural de la ciudad.

Samara

También bañada por el río Volga, hasta la llegada del Mundial y convertirse en una de sus sedes la fama le venía por ser sede de un importante centro aeroespacial. Así, los amantes del espacio estarán felices visitando esta ciudad de 1,1 millones de habitantes, y posando ante el cohete de 68 metros y 2 toneladas de peso, que recrea la lanzadera Soyuz, construido para conmemorar el mítico viaje espacial de Yuri Gagarin y que se encuentra ante un impresionante museo del espacio. Pero hay más cosas que se pueden hacer, como echar un vistazo al paisaje del Volga desde la estela Ladia, de 20 metros de altura, o desde el mirador de la Plaza de la Gloria, u observar el ritmo de las calles de la ciudad en la zona de Leningradskaya, con sus artistas, malabaristas y músicos callejeros. No te pierdas el búnker donde vivió Stalin, a 37 metros de profundidad.

San Petersburgo

Dicen de ella que es una de las ciudades más hermosas del mundo, y así lo corroboran los 7 millones de personas que cada año la visitan. San Petersburgo, la antigua Leningrado soviética, emerge como una maravillosa ciudad señorial en la que dejaron sus huellas artistas de todo tipo, desde Aleksandr Pushkin a Fiódor Dostoyevski o Dimitri Shostakóvich. Recorre con la batería del ‘smartphone’ bien cargado el centro de la ciudad, porque es Patrimonio de la Humanidad, dedica al menos una mañana para visitar el museo del Hermitage y disfruta viendo sus legendarios puentes levadizos sobre el río Leva. Sus canales, con sus mansiones de estilo italiano, te fascinarán y te harán entender enseguida por qué la llaman la ‘Venecia del Norte’. Una curiosidad: si viajas con niños, los menores de 5 años entran gratis a todo.

Saransk

Con sus apenas 300.000 habitantes, la capital de la república de Mordovia la ciudad más pequeña de todas las sedes del Mundial y está fuertemente comprometida con el deporte, como podrás comprobar en sus calles y parques, donde verás a muchos de sus ciudadanos corriendo, jugando al fútbol o al baloncesto o practicando atletismo. El pequeño templo de San Juan Bautista, de estilo barroco moscovita y de finales del siglo XVII, es uno de los lugares de visita obligada, al igual que la impresionante catedral de Teodoro Ushakov, que se terminó de construir hace solo doce años. Recorre con detenimiento la plaza soviética para admirar los edificios del periodo 1960-1970 y efectúa un pequeño viaje en el tiempo pasando por la plaza del Milenio, con preciosas construcciones de corte futurista y de vanguardia.

Sochi

El mar Negro ha dado la vida de esta ciudad de poco más de 400.000 habitantes que está acostumbrada a acoger grandes celebraciones deportivas (en 2014 fue sede de las Olimpiadas de Invierno). Sus magníficos bosques son un auténtico paraíso para calzarse las botas y practicar un poco de senderismo, pero si lo tuyo no es la montaña, descubrirás en su calle y en su paseo marítimo por qué la llaman la ‘Riviera Rusa’. El malecón Verkhnia o parque marítimo, con su hotel Primorskaia de 1936, su biblioteca Pushkin en forma de castillo o la conocida pantera de bronce de Sochi son puntos de visita obligada en él. También lo son dos centros de transporte como la estación de ferrocarril, de mediados del siglo XX, y el precioso puerto marítimo, con su característico pico de 70 m de altura. No te marches de la ciudad sin un paseo por su jardín botánico, uno de los más importantes del mundo, con sus ardillas y sus más de 70 variedades de rosas.

Volgogrado

Termina nuestro paseo por las sedes del Mundial de Fútbol en Volgogrado, mundialmente famosa por ser la sede de una de las batallas más cruentas de la Segunda Guerra Mundial: Stalingrado (este fue su nombre entre 1925 y 1961). La estatua de la Madre Patria, de 85 metros de altura, a la que se llega mediante una escalera de 200 peldaños -los mismos que duró la contienda- es el monumento más importante de Volgogrado, que hoy es una importante ciudad industrial dedicada a la construcción de barcos, refinería de petróleo y producción de aluminio. Cuando hayas rendido ese homenaje a los soldados, date un paseo por la coquetuela calle Volgodonskaia, llena de elementos modernistas y comparte en Instagram tu foto ante la fuente Detski khorovod con los ocho niños bailando alrededor de un cocodrilo.

Con información de ELLE

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