La violencia política alcanzó a Coahuila este viernes y derribó a Fernando Purón Johnston, no solo del escenario de la contienda, en la que participaba en busca de la diputación federal por el primer Distrito Electoral del Estado, allá en la fronteriza Piedras Negras, sino que le arrebato su vida, presuntamente como saldo de su labor que como alcalde de tal municipio fronterizo, desplegó en contra de la delincuencia organizada nueva víctima que se suma a mas del ciento que suman ya las actuales campañas en proceso, hechos acicateados en algunas de sus regiones, por los factores específicos que suman el contexto sociopolítico de cada Estado, Distrito, alcaldía, de cada región del país, por el que genera el uso desmedido, desbozalado del lenguaje de algunos o muchos de sus participantes, que con ello convocan y generan el ambiente de ríspidez, de desencuentro, plagado ya de suspicacias, de “sospechosismo” entre los mexicanos, ante una elección, abriendo con ello paso a la violencia que hoy padecemos, en un proceso que debería ser, en principio, así se estime romántico un festejo ciudadano, es decir, una elección, la renovación democrática de quienes conduzcan los destinos del país, en sus ámbitos conocidos y establecidos por nuestra legislación situación de la que de alguna todos los actores políticos, en este escenario hemos sido omisos, indolentes incluso, al no haber sabido frenar la gestación de este clima que nos denigra, eso sí a todos.
La “siembra de odio”, las “campañas negras”, que con patente de corso se han venido realizando, no solo ofende a los que son objeto de las mismas, que no solo son sujetos en busca del poder por las vías que otorgan las leyes vigentes, son también a las instituciones, que hemos venido debilitando con ello, en medio de total impunidad, sin riesgo o responsabilidad alguna, a cuyos emisores, anónimos o no -a veces-, ni tan solo con la sanción “moral” o muestra de repudio alguno y menos aun, cuando quedan potenciadas a su enésima potencia a través del uso infame de las nuevas tecnologías que posibilitan las famosas redes sociales.
Vemos hoy, por ejemplo que tal discurso, abona a fondo, la corriente de galopante antipriismo o el previsible anti morenismo también de los que se han “colgado” literal y figuradamente, algunos de los competidores en pugna, que hoy “asustados” se extrañan que sea mas que válido aquello del “siembra vientos, y recogerás tempestades”.
Entre estos se encuentra el alcalde que busca la reelección en Torreón, el Licenciado Jorge Zermeño Infante que un día y el otro también bajo cualquier problema que enfrente, cita como responsable de ello “al Partido Revolucionario Institucional”, así sin mas elementos que su palabra y no solo en sus mìtines de campaña reeleccionista, que quizás pudiera ser válida tal alusión, sino en el seno mismo del Cabildo, en Sesión Pública como sucedió el pasado viernes, para refutar la solicitud de exhortó al Consejo de Administración de SIMAS-Torreón que el mismo edil preside, para celebrar reunión de análisis del tema de falta de agua, desde la perspectiva técnica y administrativa que le solicitó el regidor Enrique Sarmiento Alvarez.
Al parecer tal postura lacrimosa y falta de mesura, de profesionalismo en su oficio, le rinde frutos, que se espera, no sean amargos, pues tal postura no corresponde a autoridad alguna y mucho menos de quien fungió en alguna ocasión “como embajador de México ante España”. La verdad, se esperaba mas del susodicho.
Y en otro contexto, el mismo viernes pasado, a solo minutos de su mediodía, se registró un hecho que involucró la muerte de un escolta y lesionó de gravedad al Director de la Escuela de Derecho de la Universidad Autónoma de Coahuila, en la persona del Licenciado Carlos Centeno Aranda, en un espacio público como lo puede ser el estacionamiento del Centro Comercial Galerías, que a tales horas registraba abundante público, que asistió y vio pasmado el atentado, sin poder hacer nada, mas allá de prestar minutos después y tras la huida del o los atacantes auxilio al lesionado y testificar la muerte de su acompañante, tras recibir el este ultimo la ráfaga, que dicen testigos iba dirigido al funcionario universitario. Hasta este mismo domingo sobre el avance de las investigaciones que realizan las autoridades, no hay información que apunte al o a los posibles responsables y mucho menos aun, el motivo, causa que generó tan grave agresión, si bien, como Usted se ha de imaginar, apuntan en muchas direcciones, a muchos motivos, pero habrá que esperar a conocer finalmente lo que al respecto indiquen las pesquisas de la Fiscalía General a cargo de Gerardo Márquez, por mas y que entre el sospechosismo que genera el hermetismo obvio, se traten de establecer similitudes, en la “linea de tiempo y espacio” que generan el atentado que cobró la vida de Fernando Purón Johnston y el atentado fallido sobre Centeno Aranda, que hay que aclarar no es hoy candidato bajo ningún logotipo partidista, lo fue del PRD y solo en la anterior contienda electoral, si bien una de sus hermanas, de nombre Marimar, figura como miembro de una de las planillas contendientes ahora.
Por lo pronto las autoridades universitarias no solo tendrán por ahora que lanzar condenas y condolencias, sino atender a fondo todo lo relacionado con la temática de seguridad, intramuros y para todos sus miembros.
En condición de enigma todavía, la confirmación o descarte del Coahuila y alguna de sus plazas urbanas principales -Torreón o Saltillo-, se encuentra la confirmación de que José Antonio Meade cierre su periplo eleccionario en nuestro Estado y quiérase o no, los hechos del pasado viernes, aboyan la calificación que el PRI había alcanzado en el complejo escenario nacional de la contienda, por el bien hacer alcanzado hasta el pasado viernes por la conducción de su dirigente Rodrigo Fuentes Avila.
Por ahora, tema de urgente necesidad, resulta para la dirigencia estatal, la designación que el CDE del PRI defina como la persona que habrá de suplir a solo tres semanas de concluir campañas, el candidato que va a enarbolar la caída bandera que portaba Fernando Purón Johnston, en el primer distrito electoral del Estado y cuyos restos hoy, rodeado de reconocimiento y de los afectos que supo generar en vida, descansa en paz.
