El talón de Aquiles

    Por: Gerardo Hernández

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    “Tu hijo debería dejar de ser tan crítico con el gobierno. La sociedad civil no debe pasar tanto tiempo hablando de corrupción”, reconvino el presidente Peña Nieto a Claudio X. González Laporte, en una reunión con magnates, según una nota de The New York Times (NYT) publicada el 30 de agosto pasado. El diario citó como fuente a cinco de los asistentes. González —uno de los empresarios más influyentes en el sexenio de Carlos Salinas y opositor de Andrés Manuel López Obrador— replicó: “Estoy orgulloso de mi hijo y del trabajo que está haciendo”.

    La advertencia de Peña era para a Claudio X. González Guajardo, fundador de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, “una organización de periodismo de investigación que ha revelado contratos corruptos de aliados del gobierno, (González) estaba haciendo demasiado ruido para gusto del presidente”, dice el rotativo.

    El gobierno federal negó la información, pero el activista ha sido espiado y acosado con auditorías fiscales. “México no está condenado a ser corrupto”, dijo González a NYT en una declaración escrita en la cual se dijo asediado, mas no dispuesto a la rendición: “seguiremos denunciando la corrupción y la impunidad cuando la encontremos, sea pública o privada” (sinembargo.com, 30-08-17). Y cumplió…

    En lugar de guardar silencio y complacer al poder, Animal Político y MCCI respondieron con “La Estafa Maestra”, una investigación sobre el desvío de más de siete mil millones de pesos a universidades y empresas fantasma, descubierto en 2015 por la Auditoría Superior de la Federación. El trabajo obtuvo el Premio de Periodismo Ortega y Gasset 2018 del diario El País.

    La corrupción —talón de Aquiles del gobierno del presidente Peña Nieto, junto con la inseguridad— fue el tema dominante en el primer debate de los candidatos presidenciales Andrés Manuel López Obrador (Juntos Haremos Historia), Ricardo Anaya (Por México al Frente), José Antonio Meade (Todos por México), Margarita Zavala (ya retirada de la competencia) y Jaime Rodríguez (independientes), citados según su posición en las encuestas. Meade atacó a AMLO por tres departamentos omitidos en su declaración tres de tres, y a Anaya por lavado de dinero en la compraventa de una nave industrial. Juego de niños comparados con La Estafa Maestra y el caso Odebrecht.

    Jorge Ramos, uno de los periodistas más críticos y respetados de América, publicó sobre la polémica en su cuenta de Twitter: “Increíble. Terminó un largo e intenso segmento sobre la corrupción y no hubo ni una sola mención al caso más grave de corrupción durante el gobierno de @epn, el de la Casa Blanca. Ninguno siquiera sugirió una investigación. Expresidentes y exgobernadores seguirán sin dar cuentas”.

    Dos días después del debate, cuya audiencia fue de 18 millones de personas, según el INE, el candidato del PRI visitó Coahuila. Enrique Abasolo, columnista de Vanguardia, le dio la bienvenida en Twitter: “Y hoy que #PepeMeade está en Saltillo… algún colega periodista de los que se pueden acercar a él, piensa preguntar de los Moreira o nomás se van a sacar la selfie y a dorarle la perinola???”.

    Con consonancia con su jefe, el secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, recomendó a estudiantes de la Universidad del Valle de México Campus Cumbres, no tomar en cuenta la corrupción a la hora de votar (El Norte, 12-05-18). Vaya descaro. El tema es tóxico para el gobierno, el PRI y su candidato. Y lo será más en las urnas. Culpa de ellos. Meade puede no ser corrupto, pero representa a legiones que sí lo son.

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