De la ocurrencia a la estupidez

    Por Jesús R. Cedillo

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    Los hermanos llamados Testigos de Jehová seguido tocan mi puerta. Yo, con buen talante siempre los recibo y escucho su predicación de la buena nueva de Jesucristo y las bendiciones que Dios va a derramar sobre la humanidad tan pronto se instale su Reino entre nosotros. La última vez, recibí una carta con un folleto que siempre adjuntan como parte de su trabajo. La carta textualmente dice: “…el reino de Dios fue el mensaje principal que Jesús enseñó y muy pronto se cumplirá aquí en la tierra.” Lo anterior en base usted lo sabe, a Mateo 24:14.

    Y caray, cada vez me convenzo más de que dicho Reino no sólo es necesario, sino urgente que ya se establezca entre nosotros. El mundo se derrumba (siempre ha estado a punto del colapso y en algunas partes del mundo, ya todo son despojos como en Siria, Venezuela, Nicaragua, la franja de Gaza, Israel…) ante nuestros ojos y no podemos cambiar el estado de cosas. ¿Es conformismo? No, es la realidad. El mejor sistema de gobierno sigo creyendo, es la democracia. Aunque en su nombre, se cometen toda serie de crímenes. Máxime en este lado del mundo, donde la democracia mexicana siempre se ha visto como juvenil, sino es que de plano, infantil. Una democracia siempre bisoña. Ahora más, por cierto, debido a la ignorancia y estupidez que han puesto en práctica las redes sociales e Internet, como sistema todo.

    País de chocolate lo he repetido hasta el hartazgo desde hace lustros a la fecha, este México nuestro. Estado de Coahuila de juguete. Somos mala copia del esquema nacional. No vamos a ningún lado por un solo motivo: no hay metas de largo plazo, sólo ocurrencias, gracejadas, chascarrillos, estupideces. ¿Nos merecemos lo anterior? Si. Absolutamente sí. Un país que hace de los “memes” y la pérdida de tiempo en las redes sociales su principal vocación y ocupación, no merece más. No aspira a más. Y los candidatos a la Presidencia de la República han cumplido con ello, al menos tres de ellos, con creces. Son candidatos tal vez nacidos de un “meme” madre. Y la “histórica elección” devino en vacilada y estupideces. La “elección más importante de la historia de México” devino en propuestas tan estúpidas como el castigo a maleantes de cortarles una mano o de plano, las dos, como lo decía la Biblia en el Antiguo Testamento.

    ¿Este es el tipo de debate y propuestas que se merece México? Sí. De ocurrencia en ocurrencia y de sandez en sandez, Jaime Rodríguez vino a enseñar que cualquiera puede ser candidato a la Presidencia de la República. No hacen falta estudios, mente ágil y brillante, sino tonterías y simplezas emparentadas con los castigos de hoy, en cualquier estado islámico.

    ¿Este es el tipo de país y los candidatos que merecemos? Sí. Fue un mal chiste antes de apuntarse a la contienda electoral, ahora el chiste devino en fiasco sin pudor ni rubor: Margarita Zavala declinó seguir adelante rumbo a la Presidencia de la República. Hasta aquí bien, el problema es que renunció a su candidatura en un programa de Televisión (un programa de Televisa) y sólo doce o 14 horas después, le aviso legalmente de su decisión al INE. ¿Lo notó? Todo mundo se burla de las instituciones; las instituciones y el estado de legalidad en México es una vacilada y nadie, nadie dice nada. Nadie dijo nada de ello, porque en México ya nadie piensa, sólo se hacen “memes.” ¿Deberían de multar a Margarita Zavala por ello? Absolutamente sí. Renunció en Televisa y 12 horas después, se lo comunicó al INE. Por esto y no otra cosa, a nadie interesan las elecciones en México.

    El país no va a cambiar con la llegada de un nuevo Rey al trono: Andrés Manuel López Obrador al igual que Zavala o Rodríguez, llena de ocurrencias su agenda, pero no hay un verdadero plan de gobierno a desarrollar. Sus intenciones son buenas. Su bondad no se pone en duda, pero un solo hombre no va a poder cambiar el destino de una nación de un día a otro. Eso es mesianismo, tener la solución con una vara o báculo mágico, como Moisés, pues. Pero lo bien cierto es lo siguiente que sigue arañando el corazón y las tripas: siete de cada diez mexicanos pobres, morirán pobres. En contra parte es lo siguiente: los que nacen ricos, se quedan ricos o se hacen más ricos. Las anteriores líneas casi textuales, son el resultado del análisis del Centro de Estudios Espinosa Yglesias quien presentó en voz de su director ejecutivo, Roberto Vélez el texto: “El México del 2018. Movilidad social para el bienestar.”

    “La posición social se transmite de padres a hijos con una frecuencia importante entre quienes se encuentran tanto en la base como en la parte más alta de la pirámide socioeconómica” dijo el ejecutivo. Es decir, hay ciudadanos mexicanos de primera, segunda, tercera y hasta cuarta categoría y así va a seguir por siempre, por más “ganas” que le echen (lo que eso signifique) a la vida. En la actualidad usted lo sabe, señor lector, 53 millones de personas lo que representa poco más del 43% de la población de México, viven en situación de pobreza de algún tipo. Este es el mundo y México real.

    El Reino de Dios, pues, vaya que se está tardando en llegar…

     

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