¿Ciencia o creencia?

    Por Marcos Durán Flores

    0
    950

    Durante un examen rutinario a Steve Jobs, fundador de la empresa Apple le fue detectado un cáncer de páncreas. Los médicos que lo atendían le sugirieron una operación con amplias posibilidades de éxito pues la detección temprana estaba de su lado. Jobs decidió atacar el cáncer con medicina alternativa, una dieta vegetariana y un tratamiento de acupuntura. Un año después, finalmente optó por operarse pero el tumor había crecido y se había extendido a otros órganos vitales. Steve Jobs, un hombre que había dedicado su vida al conocimiento científico y al desarrollo de la tecnología, siguió creencias que impidieron salvar o extender su vida.

    La Encuesta sobre Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología en México 2015, que revela que más del 70 por ciento de los mexicanos confía más en sus creencias que en la ciencia. La encuesta, elaborada por el INEGI a petición del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) demostró el nivel cultural, educativo y de conocimiento sobre ciencia de la población mexicana y reveló que uno de cada tres mexicanos cree que las limpias, la homeopatía, la quiropráctica y la acupuntura son alternativas adecuadas en materia de salud y 4 de cada 10 habitantes en México está de acuerdo en que “algunas personas poseen poderes síquicos” y la tercera parte de los mexicanos afirma que algunos de los OVNI avistados, son vehículos espaciales de otras civilizaciones.

    La encuesta levantada en 3 mil 300 viviendas de 32 áreas urbanas del País, revela que cuatro de cada 10 mexicanos tienen gran interés en los deportes, las personalidades y fiestas del espectáculo. Informa que los lugares más visitados son los parques de diversión y los zoológicos lo que es entendible pero no que los museos de ciencia y los planetarios no llegan ni a la mitad de la población que visitan los primeros.

    El estudio estima que seis de cada 10 ve hasta 16 horas de televisión a la semana, y que 40 por ciento no lee periódicos y que una tercera parte de la población no está de acuerdo en la reproducción de órganos y tejidos humanos por clonación para trasplantes quirúrgicos y esto debido a creencias religiosas.

    Alarmante es el conocer que más de la mitad de los encuestados considera que los científicos tienen un poder que los hace “peligrosos” para el País en lugar de las personas que puedan aportar sus conocimientos y compromiso para plantear las soluciones que requiere la nación.

     

    Las creencias en ocasiones son confundidas con la ciencia pero muy pronto se topan con la verdad. La objetividad de la ciencia muy pronto opaca a la subjetividad de las creencias. Siguiendo al corazón más que a la razón, millones de mexicanos ponen en riesgo su salud, siguen los dictados de personas que les predicen su futuro y se encomiendan a figuras y santos esperando los milagros que Dios otorga a través de la ciencia.

    Millones y millones de mexicanos se dejan llevar por la emotividad desechando la ciencia y la investigación. Reflejo de la baja educación en México, las creencias nos impiden distinguir el impacto que la ciencia pudiera tener si es que fuera utilizada.

    Un ejemplo contundente de ello ha sido el crecimiento de la expectativa de vida en el País que no se debe a milagros o creencias, se debe a la ciencia. De 1980 y 2005, la vida promedio de los mexicanos creció 9.2 años al pasar de 66.2 años a 75.4 años promedio. En 1930 la esperanza de vida en México era de 33.9 años.

    Hoy queda claro que para la gran mayoría de los mexicanos la fe y ciencia se mezclan. Y es que aunque todo humano tiene dos partes compuestos de razonamientos y sentimientos, hoy día las creencias se ponen por encima la ciencia y la tecnología que hoy pueden transformar y mejorar nuestro entorno. Respetando a la religión, la luz de una veladora no salva una vida, como si lo hace la luz que emite la radioterapia. Es cierto que la religión nos ayuda a reconfortar y dar fuerza al espíritu, pero hasta ahí. Por eso es preocupante que hoy esté más presente que nunca la afirmación del científico inglés Thomas Henry Huxley que dijo: “El nacimiento de la ciencia no fue la muerte de la superstición”.

    Comentarios de Facebook