El sexto día

    Por Marcos Durán Flores

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    Para la tradición judeocristiana que ha influido buena parte del pensamiento moderno, Dios es el maestro creador del todo, el ser supremo que dio vida al primer humano —Adán— a quien según el libro del Génesis, en el sexto día, “Creó a su imagen y semejanza”. Esto tiene mucho de leyenda y hasta de poético, pero es muy primitivo y a veces hasta con un toque infantil como llegó a decir Einstein.

    Lo cierto es que la ciencia ha probado que el origen de la vida se dio por un proceso evolutivo gradual que tomó miles de millones de años. Charles Darwin lo probó en el año de 1858 al publicar su libro “El origen de las especies”, obra en donde postulaba que todas las especies evolucionaron a través del tiempo a partir de un antepasado común. Así surgió el hombre, como parte de un proceso de selección natural, uno en donde no hubo intervención divina.

    Y aunque la creación de un ser vivo en un laboratorio ha sido siempre un asunto de la ciencia ficción, hace 20 años, científicos del Instituto Roslin de Escocia clonaron a partir de una célula adulta a Dolly, un cordero. Años después, se echó a andar el proyecto “Genoma Humano”, un hito en la historia científica, un esfuerzo que localizó y secuenció todos los genes que constituyen el genoma de los humanos.

    Con esto, tuvimos el conocimiento completo de la organización, estructura y función de los genes en 24 cromosomas humanos, una información que representa 3 mil 120 millones de letras de material genético.

    Décadas de investigación, han permitido que la ciencia se declare lista para pasar al siguiente nivel. Esto se confirmó en una publicación aparecida el jueves pasado en la revista “Science”, era el anuncio de investigadores estadounidenses para crear un genoma humano sintético. Fue en una reunión de científicos celebrada el mes pasado en la Universidad de Harvard, en donde  bajo el nombre de “Proyecto de Escritura del Genoma Humano”, se marcaron como objetivo elaborar el genoma sintético y probarlo en células en el laboratorio dentro de 10 años.

    Esto nos pondría en la posición de crear con el uso de químicos, el ADN presente en los cromosomas humanos, y a partir de esto, poder crear seres humanos que no tengan padres biológicos. Según sus promotores, entre los que destacan George Church, profesor de Genética de la Facultad de Medicina de Harvard; y Jef Boeke, del centro médico Langone de la Universidad de Nueva York, la iniciativa permitiría numerosos avances científicos y médicos, alentando la posibilidad de fabricar ADN a un costo muy reducido.

    Aseguran que “las potenciales aplicaciones de los resultados son principalmente la posibilidad de crear órganos humanos para trasplantes y producir tipos de células resistentes a todos los virus y cánceres (No menciona nada acerca de crear cerebros, pero ojalá y lo hagan, pues conozco algunos a los que les urge uno nuevo).

    Además, afirmaron que buscarían que se involucre el público y se consideren todas las implicaciones éticas, legales y sociales. Y es que de inmediato el proyecto desencadenó críticas de varios científicos aduciendo implicaciones tan grandes que atraviesan por los terrenos de la teología, la ética y hasta lo necesario que se vuelve plantearse interrogantes fundamentales, comenzando por el hecho de saber si la vida humana puede o debe ser manipulada.

    Estamos por abrir la puerta más profunda en la historia de la humanidad: Desempeñar el papel de Dios, un hecho que desde el ámbito teológico nos haría cocreadores junto a él. Tenga por seguro, que motivados por una fe inquebrantable, la próxima generación, podrá atestiguar que gracias a la ciencia, se consiguió la clonación de seres humanos y con ello, la creación de vida artificial que nunca podría haber existido de forma natural. La creación de la vida desde cero, de seres vivos que ojalá y sean capaces de enfrentar los desafíos que tienen a nuestro planeta al borde del colapso.

    Pero si por el contrario, nos vamos a clonar tal y como somos ahora, seres humanos llenos de prejuicios, odio, racismo y violencia, seres humanos que hemos destruido al planeta y que nos hemos destruido entre nosotros, entonces habría que pensar más de dos veces, si de verdad conviene que el hombre invente al hombre.

    @marcosduranf

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