Tormenta a la vista

    Por Gerardo Hernández González

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    Tildar de «muchacho estúpido» a Ricardo Anaya le costó a Manuel Gómez Morín  (MGM), candidato a la presidencia del PAN, críticas de tirios y troyanos. Ni AMLO llegó   tan  lejos.   Lo   rebautizó  como   “Riki   Rickin  Canallín”,   y   cuando  el   Joven  Maravilla  se   le   acercó  demasiado   en   el  segundo   debate,   el  ahora   presidente  electo se guardó la cartera. Sin embargo, fueron más los apoyos. «Muchos me  dijeron: “¡Vaya! hasta que alguien llamó las cosas por su nombre”». MGM ofrece  terminar con el prianato que «desdibujó la identidad del PAN» y maniató a los gobiernos de Fox y Calderón.

    El otro aspirante es Marko Cortés. La elección será este domingo. MGM   atribuye   la  crisis   del   PAN  a   los   grupos  de   interés   y  al   pragmatismo.   La condición para rescatar el sistema de partidos, señala, es que el PAN vuelva a su  origen. «No puede ser ese Acción Nacional que perdió la elección, tiene que ser diferente: uno que tome en cuenta a su militancia, que deje de girar en torno a

    intereses de grupos o personales y se asuma como un verdadero instrumento de  servicio de la ciudadanía. Tiene que haber un cambio de dirigencia con clara idea de lo que se tiene que hacer para revertir todos estos vicios que se han dado al interior del partido».

    En el PAN, advierte, «se actuó con gran torpeza, con poca visión. Hubo mucha  necedad  en   varias   de  las   cosas que   sucedieron  desde   2015   (…).  Desde   el momento que vemos a Ricardo Anaya utilizar los tiempos oficiales para promover su imagen, dices “¡ah, caray algo está pasando!”. Se empezó a ver que iba por mal camino. ¿Por qué? Porque la presidencia es para dirigir al partido, no para estar construyendo  otros   proyectos   políticos.  Tomaron   la   presidencia  para   construir una imagen e impulsar una candidatura».

    «¿Y dónde estaba usted cuando ocurrió todo eso?». «Al principio, apoyando a Javier Corral. En 2015, la contienda por la presidencia del   PAN   fue  entre   Javier   y  Ricardo.   Y   como  Ricardo   llegó   a  la   presidencia,   se  quedaron   con  todo,   no   invitaron  a   nadie   más  que   a   su  grupito.   Los   demás  seguimos  en   otros   proyectos  dentro   del   partido.  Yo   milito   en  el   Estado   de  México».   «No me refiero a donde estaba físicamente, sino al crítico que ahora aflora…».  «Siempre he mantenido  líneas críticas.  A  lo mejor no fuera, pero sí  dentro del  partido.  Recurro   mucho   a  correos   electrónicos,   a  WhatsApp.   Sí,   lo  hice   y   de  manera   recurrente.  Estuve   haciendo   señalamientos   de  cosas   con   las  que   no estaba de acuerdo».

    La   fórmula   de   MGM   para  acabar   con   el prianato y enfrentar   a   la  maquinaria electoral   de   Morena  parece   simple,   pero  no   lo   es:   cambiar  la   dirigencia   y restablecer   el  orden.   «¿A   qué  me   refiero?   A  volver   a   nuestros  procesos  democráticos, a atacar frontalmente la corrupción, que no haya excepciones, a

    reconstruir los vínculos con las distintas expresiones ciudadanas, y de esa manera  lograr que la sociedad nos vuelva a ver como un aliado. Esto permitirá tener una  dirigencia que se legitime hacia dentro y también hacia fuera. Y a partir de esa legitimidad,   romper  la   etiqueta   que  nos   pusieron   de  PRIAN,   volver   a  ser   una

    oposición  responsable,   crítica   y  señalar   que   en  este   país   existe  un   sistema  de libertades,   una   democracia  e   instituciones   que  hay   que   cuidar.  Conforme   lo concretemos, podremos recuperar nuestra propia identidad, que la gente ya no

    nos vea como el PRIAN, sino como el PAN. Es el camino que se tiene que seguir, no veo muchas alternativas».

     

     

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