La solución final

    Por Marcos Durán Flores

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    En 1938, el gobierno alemán expulsó a miles de judíos con ciudadanía polaca que vivían en Alemania. Luego la idea fue expulsar a todos los judíos de Europa. En algunos casos, esto incluyó la separación de familias mediante la eliminación de hombres y la esperanza de que las mujeres y los niños judíos se fueran por su propia voluntad, ahorrándoles a los nazis los gastos y el esfuerzo de la deportación formal. Pero Hitler no alcanzaba los avances que deseaba.

    Luego vino el infame discurso de Adolf Hitler al Reichstag el 30 de enero de 1939, en el que advirtió sobre la “aniquilación de la raza judía en Europa”. Este discurso anunciaba la radicalización de la solución a la ‘cuestión judía’ y proporcionó una prefiguración del asesinato en masa. Una de las películas antisemitas más notorias producidas por el Ministerio de Propaganda de la Alemania nazi fue “Der ewige Jude” (“El judío eterno”), obra del ministro de propaganda, Joseph Goebbels. En una de las secuencias más notorias de la película, se compara a los judíos con “ratas que transportan el contagio, inundan el continente y devoran recursos preciosos”.

    Así fue como se empezó a pensar en la “solución final” y se organizó un plan ejecutivo para llevarlo a la práctica. Fue en la Conferencia de Wannsee organizada por Reinhard Heydrich y Adolf Eichmann, que se llevó a cabo en Berlín el 20 de enero de 1942 y en donde se coordinó la eliminación a gran escala de los judíos en Europa, y ya de paso a homosexuales, gitanos, miembros de la resistencia, enemigos del régimen y alguno que otro que cayó por error.

    Heydrich y las SS dejaron atrás sus fusilamientos masivos y los cambiaron por asesinatos a escala industrial en las cámaras de gases. Este suceso culminó con el Holocausto, el acto más monstruoso en la historia humana.

    Hoy, en el primer campo de concentración nazi abierto en Dachau en 1933, se puede encontrar un enorme letrero que dice “Nunca más”, una especie de advertencia escalofriante para las generaciones futuras para que eso no volviera a suceder.

    Sin embargo, aquí estamos, con un Trump diciendo que su política antiinmigrante busca evitar que los Estados Unidos se conviertan en un espejo de Europa, específicamente Alemania, donde, como él mismo ha dicho, los inmigrantes están elevando la tasa de criminalidad.

    Trump advirtió que iba con todo en contra de los inmigrantes ilegales y que los hijos que acompañaran a sus padres iba a ser separados de ellos. Lo dijo no en discurso como Hitler. sino en mensaje igual de infame que publicó en Twitter, diciendo que los inmigrantes “infestarán” a los Estados Unidos. “¿Por qué están estos inmigrantes aquí? ¿Por qué no respetan nuestras fronteras? ¡Si no tienes fronteras, no tienes un país!”, escribió Trump.

    Algunos dicen que los paralelos del Holocausto son imposibles de ignorar. Otros aseguran que tales analogías son peligrosas. Pero la orden ejecutiva de Trumpha provocado que más de 2.300 niños fueran separados de sus familias en la frontera del 5 de mayo al 9 de junio, según el Departamento de Seguridad Nacional. La avalancha de imágenes y una grabación de audio detalla el horror de los niños arrancados de sus padres. Niños en jaulas, criminalizados por acompañar a sus padres que huyen de la miseria y el terror en sus países.

    Pero esto no es nuevo. En Estados Unidos, el país de las libertades, la separación de las familias tiene profundas raíces tenebrosas. Hace 200 años los niños negros esclavizados, se vendían rutinariamente por separado de sus padres.

    Pero lo de ahora se convirtió en un tsunami mediático para Trump, pero él respondió que todo se trataba de “Fake News”, ataques injustos a su política de “tolerancia cero” y que las televisoras hacían llorar a los niños para que así aparecieran en los noticieros. Mientras tanto nosotros, cerrando los ojos y en silencio, evadimos y transferimos la culpa a los más vulnerables de nuestra sociedad: los migrantes.

    Así que quienes crean que los dichos del presidente Trumpde que los inmigrantes ilegales ‘infestan’ a su país y comparar eso con el nazismo es injusto y exagerado, les digo que la única diferencia entre la política de Inmigración deTrump con el Holocausto, es el genocidio… por ahora.

    @marcosduranf

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