Cuatro Ciénegas: Cosas que hacer en este Pueblo Mágico

0
2096

Hace millones de años, el movimiento de las placas terrestres hizo que el fondo del mar subiera a la altura de las montañas de un modo tan abrupto, que sus rocas y sedimentos quedaron al descubierto tras la evaporación de sus aguas, dejando solo manantiales de poca profundidad, pozas y blancas arenas que cubren las sierras y lomas en mágicos lugares como Cuatro Ciénegas, Coahuila.

Las extensas Dunas de Yeso de este Pueblo Mágico fluyen con el viento y comparten el paisaje con azules pozas, paredes de mármol y ríos de agua transparente, lo que sumado a su clima cálido de 22 grados en promedio, que en verano llegan a 40, da a sus visitantes la sensación de encontrarse en otro planeta.

En medio de la imponente Sierra Madre Oriental, con las sierras de Ovejas, la de Madera, La Fragua, la de San Marcos, Los Pinos y La Purísima a su alrededor, Cuatro Ciénegas es un valle de planicies bajas, áridas y calurosas, un lugar que cambia al ritmo del sol, al teñirse sus arenas y sus esculturas naturales de rojo, rosa o naranja conforme avanza el día y baja la temperatura: un espectáculo sublime.

Durante milenios, este lugar estuvo ocupado por grupos nómadas que sobrevivían recolectando los frutos del desierto en suelos salitrosos, pastizales y matorrales, que incluían mezquite, sotol, yuca, ocotillo, gobernadora y variedades de cactus. Estos antiguos pobladores dejaron evidencias de su paso por la región en los petrograbados de algunas piedras, artefactos para cacería y enterramientos de antiguos cazadores recolectores.

Declarado Área Natural Protegida en 1994, Cuatro Ciénegas ocupa cerca de 85,000 hectáreas de biodiversidad que se ha mantenido casi sin cambios durante los últimos 11,000 años. Visitarlo es sin duda una oportunidad para conocer algo sin igual en el mundo: gracias a los manantiales, pozas y lagunas que permanecen en su territorio, es el hogar perfecto para numerosas especies endémicas de flora y fauna, como la lagartija dorada, la tortuga de concha blanca y la tortuga acuática de bisagra, además de 18 especies únicas de plantas, 4 de reptiles, 11 de peces, 14 de moluscos, 8 de crustáceos y varios insectos, lo que le ha granjeado el título de “la Galápagos mexicana”.

Qué visitar en Cuatro Ciénegas Pueblo Magico

Cuatro Ciénegas es un lugar para quienes buscan el silencio del desierto y las maravillas dibujadas en las dunas. Contemplar la inmensidad del cielo estrellado en las noches y dejarse envolver por el enrarecido ambiente resulta una experiencia casi religiosa, en especial si se va totalmente solo o acompañado por alguno de los guías nativos del lugar.

Ubicado en el centro de Coahuila, el Valle de Cuatro Ciénegas es una rareza geológica que posee cerca de 500 pozas, manantiales, lagunas y ciénegas de uno a más de cien metros de diámetro y hasta 18 de profundidad, que brotan en el semidesierto y fluyen en un complejo sistema subterráneo de canales. Sus aguas cristalinas están saturadas de sulfatos y carbonatos, y la mayoría son termales.

Si bien la muchas de las pozas están abiertas al público para sumergirse en ellas, la Poza Azul solo puede admirarse por sus cualidades para la investigación científica. Sus aguas están pobladas por peces y microorganismos endémicos, algas marinas y los sorprendentes estromatolitos, importantes para la vida por ser los principales oxigenadores de la Tierra. El azul intenso característico de sus aguas se debe a tres factores: su profundidad de cinco metros, su salinidad y las plantas microscópicas que contiene.

Esta y otras pozas, como la de Las Tortugas, La Becerra, El Mezquital y El Mojarral, están rodeadas por lirios acuáticos, tulares, carrizales y zacatonales, así como por palapas para descanso, senderos, plataformas de observación y guías. En la Poza Azul existen además un Centro de Información, una exposición gráfica permanente y el sendero interpretativo El Borbollón, donde existe un manantial del que brota un chorro de agua.

Las Playitas es una de las pozas más adaptadas al turismo; se trata de un balneario natural en medio del desierto, rodeado por una finísima y brillante arena blanca que enmarca perfectamente sus aguas azules y cristalinas, que llegan a tener oleaje cuando sopla fuerte el viento. En los alrededores existen cactus floreados, arroyos en los que abrevan caballos salvajes y soberbias libélulas de colores metálicos.

Desde la meseta de San Marcos, la vista del Valle de Cuatrociénegas es espectacular. En ella se encuentran los resabios de las Minas de Mármol, que a primera vista parecen las ruinas de alguna ciudad griega antigua por los grandes bloques de travertino, una derivación del mármol, salpicados sobre el terreno. El resultado es un hermoso paisaje en el que resalta el brillo natural de la piedra caliza comprimida bajo los intensos rayos del sol, con el verdeazul de las ciénegas como fondo.

La entrada a la Reserva de Cuatrociénegas está enmarcada por el pueblo del mismo nombre, Cuatro Ciénegas de Carranza, un pintoresco lugar de calles polvorientas blanqueadas por el sol, donde se pueden visitar varios sitios impregnados de historia y tradición. Cerca de la Plaza Principal se encuentra la Parroquia de San José, admirable templo bicentenario de estilo neoclásico lleno como muchos otros de hermosas pinturas y esculturas de carácter sagrado, pero con la singularidad de estar construido con rocas habitadas por cianobacterias, que tienen una función parecida a la de los estromatolitos: generar oxígeno.

En conjunto con el colorido de la plaza y el kiosko, y la belleza del Palacio Municipal, la iglesia integra un rincón tranquilo y acogedor para pasar las tardes en este Pueblo Mágico. Al caminar por sus calles, los visitantes se encuentran con el mural en Homenaje a los Fundadores, con pequeñas casas que esconden reliquias y patios sombreados, vehículos antiguos pero bien conservados, peculiares personajes con sombreros de ala ancha y grandes bigotes, y lugares llenos de historia como el Museo Venustiano Carranza, una antigua casona del siglo XIX donde habitó el ex presidente revolucionario, en la que actualmente se exhiben fotografías, esculturas y objetos personales del caudillo de la Revolución Mexicana.

En el Callejón de Guevara, se puede disfrutar un recorrido de medio kilómetro de largo y detenerse en sus cafeterías, tiendas de artesanías y bancas para admirar las bellas fachadas y las costumbres de la región, como las callejoneadas acompañadas de música, fiesta y color. Por último, en las bodegas Vitali y Ferriño, establecidas en Cuatrociénegas desde mediados del siglo XIX, resulta muy grato pasar el día entre viñedos y barricas de vino, donde se puede conocer, oler, sentir y degustar la tradición vitivinícola local.

Lo imperdible en Cuatro Ciénegas Pueblo Mágico

El Cerro del Muerto es uno de los mejores puntos para admirar el panorama de Cuatrociénegas en todo su esplendor; en sus faldas se encuentra el Monumento a Venustiano Carranza. Otra buena oportunidad para contemplar el pueblo es acudir al Festival Internacional del Globo, que se realiza cada año durante los meses de septiembre, octubre o noviembre, y que además del espectáculo de globos aerostáticos ofrece a sus visitantes actividades como callejoneadas, exposiciones y galerías fotográficas.

Otro importante festival es el de la Uva, el último fin de semana de julio, dedicado al cultivo y promoción del producto y sus derivados; el evento más importante para los habitantes es la coronación de la Reina de la Uva, que da inicio a las actividades, entre las que se cuentan juegos mecánicos, cabalgatas, torneos deportivos, bailes y actividades agrícolas.

Durante el mes de noviembre el pueblo también se engalana con los festejos por el aniversario de la Revolución Mexicana, en el que se realiza un desfile conmemorativo. También, cada 19 de marzo las calles aledañas a la Iglesia de San José se visten de alegres colores, pues cientos de visitantes acuden a la fiesta patronal.

Las actividades imperdibles en la Reserva de Cuatrociénegas son todas las relacionadas con el senderismo y la exploración: en las dunas de yeso y los caminos de piedra petrificada se puede andar en bicicleta de montaña, acampar y practicar rappel en sus paredes verticales; el buceo permite a sus visitantes observar más de cerca la abundante vida animal y vegetal presente en las aguas de sus pozas.

Por supuesto, la fotografía de paisaje goza en este lugar de condiciones extraordinarias para obtener impresionantes tomas, gracias a la escasa contaminación lumínica de los parajes; los timelapses captados de su bóveda celeste tras largas horas de trabajo son un tesoro que estremece los sentidos.

Qué comer en Cuatro Ciénegas Pueblo Mágico

La comida en Cuatro Ciénegas no varía mucho de la típica del norte del país; deliciosos cortes de carne, barbacoa, tortillas de harina, machaca y dulces típicos elaborados con frutas y semillas, como los de nuez. La mejor forma de consumir carne en este poblado es asándola al aire libre en algún espacio para acampar mientras se disfruta el clima y el paisaje montañoso.

Los platillos más socorridos en los restaurantes de este Pueblo Mágico son la machaca, los burritos de barbacoa, el queso con chile, el menudo, el mole de olla, el caldo de res, los tacos piratas de carne con queso y el cortadillo, un guiso hecho con trocitos de carne bañados en una deliciosa salsa de chile seco.

Cerca de la Plaza Principal se encuentran varios restaurantes de gran tradición, como La Casona y El Doc, donde se pueden probar tanto platillos típicos como desayunos o comidas regulares con huevo, chilaquiles o enchiladas. Sorpresivamente, el mejor modo de disfrutar la comida de Cuatro Ciénegas es en sus puestos callejeros, como los que venden burritos de barbacoa o los de bistec de la Taquería Villarreal.

Qué comprar en Cuatro Ciénegas Pueblo Mágico

Si bien no existe una tradición artesanal característica en el Pueblo Mágico, se pueden adquirir en las tiendas de regalos de la Plaza Principal recuerdos como tazas con imágenes de Cuatrociénegas, esculturas en mimbre y madera de mezquite, lajas, tejas y rebozos pintados a mano, además de una gran variedad de dulces típicos como jamoncillo, ates de frutas, pan pobre (exquisitas galletas hechas con pasas, nuez y piloncillo), quesos, y por supuesto y deliciosos vinos secos que solo pueden conseguirse en sus bodegas.

Para dormir en Cuatro Ciénegas Pueblo Mágico

No son muchas las opciones para hospedarse en Cuatro Ciénegas, pero sí muy buenas; la más excitante es acampar en alguna de las zonas autorizadas en medio del hermoso paisaje del pueblo. En cuanto a los hoteles, los más cercanos al centro son el Hotel Plaza y el Marielena, que cuentan con cómodas instalaciones y todos los servicios necesarios. La Quinta San Carlos, en las afueras del pueblo, además de sus 26 habitaciones ofrece amplias cabañas con cocineta, alberca, espacios comunes de descanso y asadores.

Para mayor información de Cuatro Ciénegas Pueblo Mágico

Oficina de Turismo

Presidente Carranza 100 esq. con Juárez, Centro, Cuatro Ciénegas, Coahuila

Teléfono: 01(869) 696 0639 / 0650

Con información de www.pueblosmexico.com

Comentarios de Facebook