Sistema colapsado

    Por Gerardo Hernández González

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    El sistema nacional de salud se encuentra colapsado y la medicina privada es inaccesible para la mayoría. En este contexto, epidemias como la del sida se han desatendido, con el consecuente riesgo para los sectores vulnerables. El tema lo aborda Édgar London en el semanario Espacio 4 (www.espacio4.com).

    «Contrario a la idea común, el sida no es un mito de los años 80. La enfermedad no deja de causar estragos en la actualidad. Justamente, la falta de información impide sostener una lucha más exitosa contra el virus. México no escapa de la mortalidad del síndrome. Coahuila, menos. En 2016, 42.9 millones de personas vivían con el VIH, de acuerdo con estadísticas de ONUSIDA, programa conjunto de Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA. Ese año murieron 1.2 millones por enfermedades relacionadas con el virus, de las cuales cuatro mil 630 eran mexicanas, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

    «Entre 1983 y el primer trimestre de este año, el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el sida (Censida) registró 196 mil 227 notificaciones, de las cuales 161 mil 045 (82.1%) pertenecen a hombres y 35 mil 182 (17.9%) a mujeres. En Coahuila, durante el mismo lapso, se contabilizaron dos mil 041 casos.

    Sin embargo, para Carlos Llamas Gómez, de la asociación civil Jóvenes Prevenidos, y Florián Pérez Santizo, del colectivo Hermandad Positiva, con sede en Saltillo, las estadísticas no se corresponden con la realidad. A partir de su experiencia y el trabajo desarrollado, esos números, al menos en Coahuila, son muy superiores.

    «“Las personas que están contabilizadas por Secretaría de Salud son solamente aquellas que acceden a un tratamiento y que están siendo atendidas por los centros de salud, pero hay una gran cantidad de gente que ni siquiera sabe su estado serológico, que no conoce si son portadores del VIH, y no falta otro sinnúmero que, sabiendo que tiene el virus, no quieren acceder a los sistemas de salud”, dice Llamas. (…)

    «Desde 2003, Jóvenes Prevenidos llevan a cabo labores de concienciación y prevención orientada, sobre todo con adolescentes y postadolescentes, el sector más vulnerable. Empezaron con el reparto de condones y entrega de información; en 2011 accedieron a un proyecto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para realizar análisis de VIH. “Por medio de estas pruebas tenemos el acceso a calles, cantinas, tugurios, antros, empresas, instituciones educativas, donde detectamos posibles seropositivos”, explica Llamas.

    «El problema toral en Coahuila es que no se ha logrado establecer una colaboración fructífera entre las asociaciones civiles y las instituciones de gobierno —específicamente, la Secretaría de Salud— para atacar la problemática del sida.

    La falta de recursos, por un lado, y la incuria de las autoridades sanitarias, por el otro, dan al traste con la cooperación.

    «“Ese ha sido un problema muy fuerte”, asegura Llamas, “porque al momento de negociar, de llegar a puntos de acuerdo, ellos no quieren. En cambio, sí quieren el pastel completo, sin dividirlo entre la sociedad civil, que somos quienes trabajamos los proyectos y quienes estamos con la gente. Al final de cuentas, nunca he visto al doctor Gerardo del Valle, que es el encargado de VIH en el estado de Coahuila, estar en una brigada con la población clave. Nunca ha tenido ese acercamiento porque él no lo ha generado. Se le ha propuesto, pero no ha querido.

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